fantasia inesperada II

“FANTASIA INESPERADA II”

Moví a mi mujer para que se despertara, y así lo hizo, en el preciso momento en que Juan salía del baño,
mi mujer jalo las cobijas para tapar su desnudez pero yo la detuve;
Y le dije que no, que dejara que él admirara su hermoso cuerpo. Yo también me quede desnudo, mostrando mis 20 centímetros de miembro ya erectos nuevamente.
El se acerco a mi mujer y contemplo su bello cuerpo, después acerco sus manos y acaricio lascivamente sus nalgas desnudas. A la vez que se sacaba la ropa y dejaba su verga a la vista de mi esposa; era demasiado grande y esto ya lo sabia Jessica que volteó a verme,como para saber si la dejaba coger de nuevo con el…yo moví la cabeza asintiendo. Quería verla bien prendida y entregada a mi amigo. El no espero mas y con gran fuerza levanto a mi mujer de las caderas, la cargo hasta su cintura y la fue sentando en su verga. Cuando se la metió toda, la puso a gozar como nunca…ni a mi se me había ocurrido esa pose.
Jessica gritaba llena de placer y hasta lloro de dicha. Le estaba gustando de maravilla ese delicioso pene enorme de Juan
La dejo gozar por un buen rato y así sin soltarla la acostó en la cama y levanto sus piernas hasta ponerlas en sus hombros….el choque de sus cuerpos hablaba de las metidas y sacadas que le daba y pronto un orgasmo múltiple hizo a mi mujer, contraerse muy rico. Después la solto y le dio a mamar su verga. Era tan enorme que apenas le cabía la mitad en su boca .Yo aproveche ese momento y me encaramarme en su trasero y agarre su cintura y logre penetrar su humeda vagina, cuando me sintió emitió un gritito lleno de placer después le dije a Juan que se pusiera en la cama boca arriba…y le pedí a mi esposa que se montara en su verga dándole la cara a él mientras yo me ponía entre el y atrás de ella acomodando mi verga en su culito y así lográbamos hacer realidad esa fantasía inesperada de ambos.
En ese momento, mi esposa se comía dos miembros la vez…uno por delante, otro por detrás, hasta que obtuvo dos abundantes orgasmos, después eyaculamos dentro de ella, y ahí nos quedamos un rato hasta, que Jessica se desprendió.

Después mi mujer se metió a bañar. mientras Juan y yo nos agradecíamos mutuamente por habernos ayudado a realizar nuestra fantasía. él, por dejarle coger con mi mujer.
Jessica salio del baño y se recostó para descansar un poco del ejercicio que hicimos. Luego se metió a bañar mi amigo y después yo.
Les aseguro que fue algo muy especial, nunca habíamos gozado tanto el sexo como esta vez. Y lo bueno era que tendríamos a Juan las veces que deseearamos mientras estubiera aquí con nosotros.
Así llego otra vez la noche, nos acostamos a dormir. Nadie se había quedado despierto. Teníamos que descansar del ajetreo de ese día.

No se que hora era, pero me despertó la urgencia de orinar. Me senté en la cama y vi a Juan otra vez con la verga bien erecta pero note en seguida que no traía trusa, estaba totalmente desnudo. Bueno, me dije es lógico por lo que nos contó, que estuvo mas de un año sin coger , ya me imagino que esta bien lechón. Así que me fui al baño y oriné. De regreso voltee nuevamente y vi su enorme erección

Volví a la cama y cerré los ojos para que el sueño regresara a mi y así pudiera seguir descansando.
Pero oí que Juan se levantaba sin hacer ruido, y voltee para verlo.
Vi su enorme pene apuntando hacia arriba y pensé en mi mujer:»este ya viene otra vez , seguro que se la vuelve a cojer.»…pero no, mi amigo se fue en dirección de la cama de mis hijas. No lo detuve, lo deje para ver que hacia.
Y otra vez el morbo y la cachondez me impidieron intervenir. No quise intervenir, me estaba gustando, estaba muy emocionado.
Aunque pensaba, si se sobrepasa, lo detengo. Pero mi debilidad me venció y mejor empecé a gozar mirando lo que les hacia a las muchachas.
Despacio, sin el menor ruido…Juan se acerco hasta la cama donde dormían, y así, suavemente jaló de la cobija que cubría sus hermosos y virginales cuerpos semidesnudos. ¡ Vaya que estaban dando un hermoso espectáculo!. A pesar de ser mis hijas, mi verga estaba muy templada y me puse bien cachondo solo de mirar tanta belleza en esa cama. Sus vestidos mal acomodados, dejaban al descubierto sus lindas piernas y sus pantaletas cubrían sus apetecibles nalgas… la mayor ya usaba tanga y carambas que belleza de culo tenia la canija.
Juan, sin perder la calma escogio a la mayor. habilimente acaricio el cuerpo de Patricia, luego se arrodillo y beso sus nalgas una y otra vez.
Yo estaba bien caliente y deseaba que fuera mas alla, añoraba ver como penetraba a Patricia. Pero no, solo se agasajo acariciando su cuerpo, al final, ya extasiado, se masturbo dejando su semen en el piso.

Cuando termino, se fue a su cama, sin hacer ruido, pero dejo descubiertas a mis hijas. Era bellísimo lo que enseñaban y ni siquiera se daban cuenta de ello.
Mientras el se dormía placidamente, yo me quede mirando ese lindo espectáculo que daban. Era inevitable ignorar sus bellos cuerpos virginales,
Deje que Juan se durmiera, despues de un rato fui otra vez al baño a orinar. De regreso, me acerque a verlo para comprobar si dormia, y así era…roncaba como si nada.
Despacio me fui directamente hacia la cama de las muchachas, cuidándome de que mi esposa no despertara y me pillara ahí; lentamente y sin hacer ruido llegue hasta esos bellos cuerpos y ¡Hoooo!……¡Qué ricura! ,no me aguante las ganas y le acaricie a cada una sus redondeces,primero sus tersas nalgas y despues sus pequeños senos que se erguierón al tocarlos.Despacio, cuidando de no despertarlas. Era tanta mi cachondez que sentía que eyacularía en cualquier momento. Las nalgas finísimas de mi hija patricia estaban deseosas y apetecibles totalmente desnudas .Así que la acaricie un poco más atrevido que a las otras dos. Luego así despacio. Le hice a un lado la tanga de hilo dental y le acaricie superficialmente el culito apretadito y virgen. Y así la deje porque en ese momento me sacudió una venida abundante que mojo mis calzoncillos.
Me retire a mi cama sin hacer ruido y después de repasar con la mirada desde mi cama a esas lindas bellezas,una y otra vez, me dormí profundamente.

Nada le comente a mi esposa, de lo que Juan había hecho, mucho menos deseaba que se enterara de lo que hice yo en la madrugada con las muchachas, pensando en la que se podría armar. Además, solo las acariciamos y nada más. Juan estaba muy confiado, él se sentía seguro de que nadie lo había visto, Y yo también me sentía igual ya que tampoco nadie me vio que las acaricie como lo hizo Juan.
En la mañana cuando nos levantamos, vi a mis hijas pero,ahora las miraba como el macho mira a las hembras en celo. Estaban hechas unas verdaderas hembras.
Por su parte Jessica estaba en las nubes. Se sentía muy afortunada por tener dos amantes en casa y gozaba con ello. Además se sentía mas ganosa y solo esperaba que sus machos la poseyeran.
Siempre estaba dispuesta para Juan y para mí.
Se vestía mucho mas atrevida y gustaba mostrar todo su hermoso cuerpo.

Ese día como era domingo, planeamos irnos de día de campo.Preparamos todo y llenamos el auto con las cosas y nos fuimos al bosque. Jugamos y reímos de lo lindo.
Jessica estaba muy feliz, creo que se estaba enamorando de Juan y eso me hizo pensar en ella, pero esa era la ley de ser liberal, ella se podría ir con mi amigo y abandonarme, yo, tenía que correr ese riesgo. Sabía que podría ser el precio del goce sexual que vivíamos mi esposa y yo y así lo aceptaba.
Me quite esos pensamientos y me enfoque en preparar los bocadillos y los refrescos para comer, y deje que ellas se divirtieran a su gusto.

Yo miraba a mis hijas, la verdad ya eran unas mujeres muy apetecibles, estaban muy buenas para cualquier hombre, Patricia con sus ya casi 16 años. Estaba muy hermosa y muy deseable. Verónica pues ni era menos, con sus casi 14 años ya mostraba su bello cuerpo y sus pechos le habían crecido. Y Gloria con sus 13 años ya cumplidos, mostraba mucha candidez y coquetería y su cuerpo era más ondulante que el de verónica aunque sus pechos eran aun pequeños.
Estaba tan inmerso pensando en mis hijas, que en un abrir y cerrar de ojos, Jessica y Juan habían desaparecido de nuestra vista.
Por lo que me quede solo con los pensamientos clavados en mis hijas que notaron la ausencia de su madre, pero no dijeron absolutamente nada.
Yo me puse a jugar con ellas para no pensar en Juan ni en mi esposa, sabia que se habían escondido solo para seguir cogiendose.
Después de un buen rato, aparecieron como si nada. Yo tampoco les pregunte nada.
Así llego casi la noche, era hora de regresar y subimos al auto las cosas.
En el camino, mi mujer y mis hijas dormían en la parte trasera del auto y a un lado mió, Juan que también dormía despreocupado.

Llegamos un poco noche. Bajamos las cosas y nos dispusimos a darnos un buen baño. Solo que sería por turnos .primero las mujeres y después nosotros
Cuando las cuatro mujeres estuvieron dentro del baño, yo hable con Juan respecto a como se la habían pasado cuando desaparecieron de nuestra vista en el campo.
El Solo me contesto que mi esposa era muy fogosa y que me estaba ayudando a apaciguarla. Solo que sentía ya una rara costumbre de estar con ella. Pero nada más.
Además me anunciaba que pronto se iría de la casa y que solo se quedaría una semana más. Eso me tranquilizo .en unos días estaremos otra vez solos, mi mujer y mis hijas y continuaremos nuestra vida normalmente como antes
Después de que las mujeres terminaron de bañarse, deje a Juan que se bañara y después, yo me di una buena refrescada con agua fría.

Así llego la hora de dormir, todos nos acostamos sin decir una sola palabra, pues estábamos muy agotados.
Mis hijas estaban felices por el paseo al campo y mi mujer no cabía de alegría por la gran cogidota que mi amigo le dio. Pronto se dejaron de escuchar las voces de las mujeres, pues se habían dormido. Pero mi amigo y yo estábamos despiertos.
Ya sabía de sus intensiones. Así que fingí nuevamente que dormía, solo que él no se daba cuenta que lo estaba vigilando.
Y tal como lo pensé, se levanto de su cama y en calzoncillos se dirigió hacia la cama de las muchachas, como la noche anterior, silenciosa y con gran cuidado. Otra vez jaló la cobija que las cubría y de nueva cuenta el espectáculo al verlas bien dormidas y mostrando sus hermosos cuerpos desnudos. Yo me enderece un poco para apreciar mejor el panorama,ahora él fue mas atrevido, vi como hábilmente les bajaba las pataleas, desnudándolas de la cintura para abajo. Patricia ahora traía una tanguita roja y el panorama era delicioso.
Suavemente él le fue quitando la fina tanguita a patricia y al hacerlo le rozaba su panochita con sus dedos y cuando las tuvo a las tres desnudas a su disposición, solo las acaricio y beso sus turgentes redondeces con mucha lujuria y se masturbo. Pero al eyacular apunto su verga a las ricas nalgas de las muchachas y las roció con su semen. Después se retiro,sin hacer el menor ruido,se tiro en su cama y se dispuso a dormir.
Yo me quede de nueva cuenta bien erecto. Tenia que cogerme a alguna de ellas…ya no aguantaba y luego como me las había dejado Juan, pues no desaprovecharía la ocasión así que,espere a que Juan se durmiera y silenciosamente me fui a donde ellas estaban, con los culitos desnudos mostrándolo todo sin nada que les estorbara. Puestas para llegar y gozarlas sin resistencia alguna llegue hasta ellas y el espectáculo era fenomenal. Las tres chicas estaban pidiendo ser poseídas en ese momento.
Yo me trepe en la cama tras de mi hija Patricia y le arrime mi verga pero con solo eso me vine en sus nalgas la emoción me había ganado. Despacito me baje y sin hacer nada de ruido las tape echándoles la cobija encima de sus cuerpos y después me retire a dormir. Pero agradecía a mi verga que se haya vaciado antes de que la hubiera penetrado. Al acostarme, vi que Patricia se movió un poco y gimió levemente. Después, nada….solo silencio.
Esa noche no pude conciliar el sueño y me la pase ideando como poder tener a las muchachas una por una, sin tener que encarar a Jessica. Y hasta llegue a desear que se largara con Juan,para que me dejara el campo libre con ellas. pero sabia que eso seria imposible y mejor lo deseche.

De ratito, mi mujer se despertó y se dirigió al baño. Iba desnuda, solo el pequeño fondo transparente y moviendo muy rico el culo. cuando regresaba fue directamente a la cama de Juan que aun dormia.Lo desperto y empezaron a coger. Los ruidos naturales de los sexos se escuchaban una y otra vez lo cual me paro la verga y solo era cosade unirme a ellos y cogernos a mi esposa. Así lo pensaba, cuando mi mujer me llamo para poseerla entre los dos. Juan metió su cara de lleno entre el entrepierna de Jessica que ya gemía de placer propinandole unas suculentas lengüeteadas de clítoris que hacían gemir fuertemente a Jessica.
Yo le chupaba los pechos con frenesí hasta hacerla revolcar de deseo. Luego mi amigo le abrió las piernas y se le encimo introduciendo su enorme verga en la cavidad vaginal .esto la hizo tener un gran orgasmo. Mientras yo me prestaba par que chupara rico mi encendida verga. Varias veces creí que me vendría, pero logre aguantarme. Hasta que cambiamos de posición. Yo empecé a cojéamela por delante y el le ponía el pene para que lo chupara.

El delicioso acto sexual en trío, era estupendo, pero nunca nos imaginamos que las muchachas estarían espiándonos bajo las cobijas, escuchando y mirando todo lo que estábamos haciendo los tres, hasta que Jessica se dio cuenta de ello.
Pero al igual que yo le causo gozo y morbosidad enterarse que ellas miraban y emocionada al máximo nos pidió que aceleráramos el ritmo a la vez que nos avisaba de su descubrimiento. Nosotros lanzamos una mirada discreta para comprobar lo dicho por mi esposa y miramos también a las chicas espiándonos a través de las rendijas de las cobijas. También me lleno de emoción saber que ellas estaban observándonos y pensé que seria lo mejor para poder tenerlas en la cama junto con mi esposa y mi amigo haciendo una hermosa orgía sexual entre familia.
Juan también se lleno de emoción, ya que empezó a lucirse con mi esposa poniendo en práctica varias poses que deleitaban a cualquiera que los mirara.
Yo no me quede atrás y mostraba en un ángulo hacia ellas para que miraran el tamaño de mi verga y como atravesaba a su mama por el trasero empujando fuerte hasta hacerla gemir de placer.
Jessica pedía más y más y nosotros complacientes le dábamos todo lo que ella quería,
Hasta lograr tres orgasmos seguiditos que la dejaron satisfecha.
Mientras, Juan se vaciaba en la boca de ella, y yo terminaba dentro de su rico culito apretado. Luego nos desvanecimos los tres en la cama de Juan y mirábamos despistadamente a las chavalas que no perdían detalle alguno.
Así fue como los tres gosabamos del sexo en trio.
lo de las chavalas, ya mi esposa se encargaría de ellas. Por lo tanto,eso fue todo en esa noche llena de emociones y placer. Una noche completa de sexo.

Continuara…..

Acerca del autor
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *