La sexosa madre de mi amigo . PT 2

Estando Martha completamente recargada ya en mi hombro con la mirada hacia abajo, por un momento crei que estaba dormida, fue por el reflejo de la mesa de cristal que pude darme cuenta que solo fingia lo que hacia era mirar el butlo que resaltaba de mi pantalon, no apartaba su mirada de mi verga la cual estaba apunto de estallar.

Despues hizo un gesto como cuando nos estamos quedando dormidos, se paro y se dio unas pequeñas palmadas en la cara para hacer mas creible su actuacion.

Martha: Perdon ya me estaba quedando dormida sobre ti
YO: No te preocupes no me molesta

Al darse cuenta que el poco tequila que habia ya se habia acabado , se dirijio directamente a la cocina de nuevo, al cabo de un rato me llamo para pedir mi ayuda. A lo cual acudi rapidamente. Ya en la cocina

Martha: Mira alla arriba hay otra botella pero no la alcanzo ayudame.

Mientras decia eso se estiraba mas tratando de alcanzarla , al tiempo que seguia jugando y seduciendome, dejandome ver esa piernas tan ricas que tiene y como se le levantaba el vestido, no pude evitar hacerme un poco hacia atras para tratar de ver bajo su vestido.

Martha : Ah mira con esta silla ya alcanzo , agarrala para que no me caiga

AL ver lo siguiente ya no resisti mas. Una vez encima de la silla inmediatamente clave la mirada bajo su vestido , no pude aguantarme al ver que se habia quitado la tanga, inmediatamente comence a devorarla de una manera desesperada pasaba mi lengua por sus labios una y otra vez, lamiendo sin cesar. Despues fui introduciendo mi lengua hasta lo mas profundo de su vagina recorriendo todo su interior, y ella disfrutandolo,
gimiendo de placer pidiendome.

Martha: Comeme asi comeme , no pares por favor sigue lamiendo asi hasta adentro

Yo: Te gusta como te como? Te va a gustar mas esto.

Mientras seguia haciendo eso acariciaba sus piernas de arriba a abajo lentamente hasta el momento de llegar a su clitoris, en ese instante pase mi lengua de su coño a su culo y comence a lamerlo mientras hacia presion con mis dedos , y ella vuelta loca sin parar de gemir.

Acerca del autor
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *