MI CUÑADA LULU

Relato de como cogi con mi cuñada, por que mi hermano la tenia un poco olvidada……

Lo siguiente sucedió cuando mi hermano Carmelo me invito a seguir mis estudios de preparatoria en la ciudad donde radica, en el centro de la república.

Mi madre aceptó después de mucho insistirle mi hermano, y terminó accediendo poco convencida de que me fuera de casa a vivir con mi hermano. Carmelo en ese entonces con 38 años, robusto sin ser obeso, de profesión abogado, ganaba bien en su despacho , casado con mi cuñada Lucrecia de 28 años, de estatura mediana, delgada de tez blanca, bonita cara con lentes graduados que le da un toque de mujer intelectual, pelo ensortijado casi rubio le llega a los hombros, de senos medianos y firmes, bonitas piernas estilizadas, lo mejor de su cuerpo son sus caderas anchas, con unas nalgas bien puestas, ligeramente respingonas, lo que la hace tener un cuerpo sensual, aunque generalmente viste de forma recatada, con faldas y vestidos un poco arriba de la rodilla, con poco escote, en general es guapa mi cuñada, sobre todo cuando ocasionalmente usa unos jeans blancos ajustados, que hace que se le vean sus caderas y nalgas bien delineadas y muy llamativas, cuando vestía así, siempre le decía que se veía muy bien con esos jeans, que debería usarlos más seguido, solo sonreía complacida, ella terminó una carrera de administración que no ejerció porque mi hermano gana lo suficiente en su despacho, por lo que mi cuñada Lulú como le decimos de cariño, se encarga de las labores hogareñas, las cuales las dirige en forma impecable como toda buena ama de casa, tienen una bonita casa de 3 recámaras, la grande matrimonial de ellos, a un lado la de su pequeña hija de 5 añitos y enfrente otra que me asignaron.

Todo transcurría con una vida normal, cada quien a sus obligaciones, solo los fines de semana variaba, porque a mi hermano le gustaba tomar la copa, generalmente llegaba ebrio a casa, y era cuando le hacía caricias y toqueteos obscenos al cuerpo de mi cuñada lulú, ella se ponía roja de vergüenza el que yo viera como la manoseaba, pero no contradecía a mi hermano, porque se ponía irritable si no se dejaba, después terminaban yendo a su habitación, en donde le poni una buena cogida, porque se escuchaba hasta mi cuarto los gritos y jadeos de ambos, esto era casi todos los fines de semana y yo me excitaba ante esto y aprovechaba para darme mis buenas masturbadas, imaginando desnuda a mi cuñadita siendo cogida por mi hermano.

En otro fin de semana en que sucedió casi lo mismo de siempre que llega borracho mi hermano, y después de manosearla un rato, se dirigieron a su cuarto a coger, y esta vez para no escuchar sus jadeos, decidí salir al patio a tomar un poco de fresco, pero como la ventana de su habitación, da al patio, veo luz encendida y noto que las cortinas tienen una rendija en donde se puede ver, con morbo y curiosidad me acerco sigiloso, y lo que vi me dejo alucinado, por la rendija pude ver a mi hermano acostado desnudo en la cama con las piernas abiertas, y en medio de sus piernas a mi cuñada en cuclillas, haciéndole una mamada a su erecta verga, ella casi desnuda, tan solo con un chiquito y sexi bikini rojo, en una pose erótica, se veía realmente muy buena, con su perfectas curvas que delineaban sus bonitas nalgas y sus anchas caderas, ante esa visión de su cuerpo, se me puso tiesa mi verga, me la saque del pantalón para empezar a masturbarme viendo el rico cuerpo de mi cuñada, y su boquita engullendo y chupando el erecto palo de mi hermano, al poco rato la hizo que lo montase, y mi cuñada sensualmente se incorporó quitándose su bikini, se colocó el glande en la entrada de su vaginita de bellos rubios, se fue clavando ella solita, hasta que desapareció toda la verga dentro de ella, para empezar a cabalgarlo dándose unos ricos sentones y unos movimientos circulares de sus nalgas que hacían disfrutar enormidades a mi hermano que la agarraba por sus lindas caderas y la clavaba duramente, ella jadeaba exageradamente disfrutando de las clavadas, valla con mi cuñadita, tan modosita que se ve por la casa, y ahí la veía lo bien que sabía coger, ante esa imagen no aguante más y masturbándome más de prisa arroje mi semen en el piso sin perder de vista los movimientos sensuales de las ricas nalgas de Lulú, casi al mismo tiempo vi que ambos jadeaban y llegaban a su respectivo orgasmo quedando abrazados los dos agotados, con cuidado me retire de allí para entrar a la casa y fui al baño asearme un poco para dormir, al salir del baño me topé con mi cuñada lulú,

Venía con un cortito camisón transparente sin nada debajo, se delineaba muy bien su figura, con sus bellas caderas, la manchita de los vellos de su sexo y sus bonitos senos con sus pezones duros aun de la excitación de la cogida que recibió, me quedé con cara de bobo al verla así, su cara aun venia achispada y ruborosa del encuentro sexual, me pidió permiso para entrar al baño, al pasar junto a mí, la vi sonriendo para sus adentros el saber del impacto que me provocó su exquisito cuerpo, me fui a mi habitación y me quedé dormido con la bella imagen de mi cuñadita Lulú

Los siguientes días conviví más con mi cuñada, le platicaba mis cosas de escuela y de amigos, y siempre me daba buenos consejos cuando se lo pedía, ya casi no me apetecía salir por las tardes, incluso le ayudaba en sus quehaceres domésticos para estar más cerca de Lulú, y parecía que a ella le agradaba mi compañía pues se veía más alegre y jovial porque se ponía más seguido sus jeans blancos que le hacían verse muy buena, me sentía feliz, pues creía que se vestía así para mí, pues de antemano sabe que me encanta verla con esos jeans, yo aprovechaba cualquier momento para estar cerca de ella, y rosar ya sea sus manos o su cuerpo al ayudarle en sus labores, sentía ente leve contacto con ella como choquecitos eléctricos en mi cuerpo, en verdad me ponía emocionado; me estaba enamorando de mi cuñada?, ya por la noche cuando llegaba mi hermano del trabajo se me esfumaba mi encanto, lo bueno es que casi siempre llegaba muy noche por razones de su trabajo, eso me permitía más tiempo estar gozando de la compañía de mi cuñadita Lulú.

Así transcurrían los días, y cuando era viernes, llegaba mi hermano como de costumbre borracho a manosear a mi cuñada, y a darle su buena cogida, esto me llegó incluso a poner celoso, ya no me gustaban los fines de semana, pero los aprovechaba para espiarles por su ventana y me daba mis buenas masturbadas viendo cómo se cogen el bello cuerpo de mi querida cuñada. Hasta que un día ella me descubrió espiándoles, fue un sábado en el que a Carmelo y Lucrecia los invitaron a una boda de un amigo de mi hermano Carmelo, iban muy elegantes, mi hermano con un traje fino, mi cuñada Lucrecia con un vestido azul marino de una sola pieza que le llegaba un poquito más arriba de las rodillas, casi a medio muslo, le lucían muy bien sus torneadas piernas, el vestido se le pegaba muy bien a su cuerpo, por lo que se veía muy buena luciendo sus anchas caderas y bonitas nalgas, se fueron no sin antes encargarme muy bien la casa y su pequeña hija Lucrecita, les dije que vallan y diviértanse sin pendiente, que yo me quedo cuidando a mi sobrinita, por la noche cuando se durmió, me fui a estudiar un poco pues ya venían los exámenes en la preparatoria, estuve estudiando hasta casi las dos de la madrugada, ya me sentía cansado y con sueño, entonces escuche la puerta de la calle y unos susurros, seguro que eran mi hermano y mi cuñada que regresaban de la fiesta.

Salí de la habitación descalzo sin hacer ruido para cerciorarme que eran ellos, aun escuchaba los susurros, me pare de repente al verlos en la puerta principal abrazados y acariciándose, ambos venían algo tomados, una lamparita de la sala iluminaba la escena, mi cuñada de espaldas a la pared, besándose intensamente y manoseándose sus cuerpos por encima de las ropas, me dio morbo verlos y seguí espiando, veía las manitas de mi cuñada apañando el cuerpo de mi hermano fundidos en un ruidoso beso por los chasquidos de saliva, seguro iban a coger ahí mismo, entonces oí la voz de mi hermano:
-date la vuelta mamita
–aquí no cariño, está tu hermano y nos puede ver…
-anda, que estoy muy caliente. Le apremio mi hermano….
–aquí no Carmelo mejor vamos a nuestro cuarto…
-que quiero aquí chingado ¡…la tomo de los brazos y la forzó a darse la vuelta contra la pared, yo miraba atónito ante la sumisión de mi cuñada, vi que mi hermano se desabrochaba el cinturón para bajarse los pantalones y sacar su erecta verga….
-anda ahora súbete el vestido,. Lucrecia bajo sus manos y fue subiendo su elegante vestido azul, quedó enrollado a sus suculentas caderas, hasta que apareció un chiquito bikini rojo que apenas abarcaba sus buenas nalgas…
-bájate tu bikini…, yo veía perplejo la escena, vi como mi cuñada se bajaba lentamente su cortito bikini, descubriendo su culo de nalgas rosaditas, paraditas y blanditas, con una rajita rubia, todo esto me levanto mi verga en una tremenda erección, libere el pene de mi pijama y empecé a tocarme con los ojos fijos en el culo de mi cuñada, nunca me imaginé verla en aquella posición tan erótica…
-que buen culo tienes mamita.., jadeo mi hermano, ..se me antoja cogerte por ahí, mi cuñada también caliente solo asentía a todo,..
-ábretelo tu misma que te lo voy a dar ahora por el culo, ya tengo tiempo que no te culeo.., Lucrecia sumisa y excitada llevo sus manos hacia atrás y se abrió los cachetes de sus nalgas, exponiendo su ano rosadito, …
-así, así, que rico se te ve tu culito aahh, jadeaba mi hermano, se acercó a ella y lubricando su pene con saliva así como el culo de mi cuñadita, procedió a clavarla lentamente, pude escuchar los dolorosos resoplidos de Lucrecia, a la vez que su hermano se removía para penetrarla mejor, se la incrusto toda y comenzó a contraerle el culo para cogérsela, aplastándole las nalgas en cada embestida, le lamia por el cuello y con las manos le manoseaba los pechos, no pude aguantarme y me masturbe con más ahínco, viendo cómo se culiaban ahora de una forma más veloz a su cuñada Lucrecia, pude ver como los huevos de mi hermano chocaban con los labios vaginales de ella, ante cada arremetida. Lucrecia resoplaba con desesperación, con la frente apoyada a la pared, y las manos hacia atrás, atrayendo más el cuerpo de Carmelo hacia ella, queriendo que la penetrara más profundo.

Pero de pronto Lucrecia miró hacia atrás por encima del hombro, y me vio asomado al fondo, yo continúe masturbándome a pesar de la mirada de mi cuñada, aunque ella no podía hacer nada, presa de la excitación que tenía en ese momento, solo me hacía gestos con las cejas y ojos, como diciéndome que me retirara, pero yo seguía inmóvil, disfrutando del espectáculo…
-muévete más mamita que estoy por correrme, oohh, mueve tu culo que me corroo, aahhh.. Decía mi hermano….y ella mirándome fijamente empezó a menear sus nalgas, mientras el tomándola firme de sus bellas caderas la embestía fuerte, hasta que Carmelo paró de repente contrayéndose, seguramente llenando el culo de semen a mi linda cuñadita, Lucrecia volvió la mirada a la pared, lo que aproveche para correrme también, casi al mismo tiempo que Carmelo y mi hermano seguía pegado a ella, besuqueándola toda, hasta que se apartó de ella, sacando su miembro del culo de Lulú y colocándose su pantalón…
-uff, Lucrecia estaba que no me aguantaba, y esas caderas que tienes me vuelven loco, por eso se me antojo cogerte por tu lindo culito. Lucrecia presurosa se subió su bikini y se bajó su vestido volviéndose hacia él..
–aquí es peligroso Carmelo, pudo habernos visto tu hermano, decía mi cuñada, mirándome de reojo.
-no te preocupes ya es tarde y están todos dormidos, anda vamos a dormir que tu culo me dejo agotado, le dijo a la vez que le asestaba una buena nalgada. Yo me regrese a mi habitación y me acosté en mi cama, tenía todo el pijama manchado por haber eyaculado, dormí feliz por volver a ver a mi cuñada coger, pero celoso de no ser yo el que disfruta de ese bonito cuerpo de mi cuñada Lulú

Al día siguiente y los posteriores Lucrecia trataba de evitarme, en realidad se sentía apenada por haberla visto coger con mi hermano, solo se dirigía a mí para lo más indispensable, yo respetaba su situación emocional. Pero todo cambio’ para mi beneficio, mi hermano se enredó con su secretaria, la conocí cuando ocasionalmente iba al despacho de mi hermano, era una mujer guapa, bastante voluptuosa, poseía unas nalgonas y unos pechos grandes, siempre se vestía muy atrevida con cortitas faldas y generoso escote, por eso no se me hizo raro que mi hermano cayera en los encantos de su secretaria. Ahora llegaba los fines de semana casi en la madrugada, con huellas de que había estado cogiendo con otra, y en ocasiones no llegaba a dormir, mi cuñada sospechaba de que era su secretaria la causante de ese cambio en su esposo, pero no demostraba enfado delante de mí, solo los oía ahora reñir en su habitación, que cosa, antes los oía coger.

Seguía mal la relación entre ellos, lo que ocasionó que entre mi cuñada y yo volviéramos a tener más confianza, ahora pasaba más tiempo con ella, platicamos nuestras cosas, sin mencionar nunca la vez que me descubrió viéndola coger, ni la infidelidad de mi hermano, que ahora incluso no llegaba a casa los fines de semana, se iba a pasear con su amante, yo trataba de darle ánimos a Lucrecia, pues la veía deprimida, y la empecé a invitar a salir con mi sobrinita, ya sea al parque o al cine y aceptaba mis invitaciones, la pasábamos bien los tres, sobre todo yo cuando íbamos al cine , le pedía a Lulú que se pusiera esos jeans ajustados que le quedan tan bien , me complacía y ya en el cine aprovechaba al estar sentado junto a ella para con sutileza rosarle con mi mano su brazo y pierna, ella me consentía, esa vez me animé y puse mi brazo a sus hombros en un tierno abrazo, ella volteo a verme y me regalo una sonrisa de aceptación, el tener su cara cerca me dieron ganas de besarla ahí mismo, me acerqué a ella lentamente, pero se giró de pronto a ver a su pequeña hijita que estaba en el asiento de lado de ella, y al comprobar que mi sobrinita no se daba cuenta de nada por estar atenta viendo la película, se giró de nuevo hacia mí, y noté aprobación y complacencia en su bello rostro, aproveche esto y bese su linda boquita que tiene de labios finos, ella entreabrió su boca y aproveché para meter mi lengua y nos dimos un apasionado beso que ella correspondía entrelazando su lengua con la mía, este mágico momento duro un poco, pues estaba mi sobrinita a nuestro lado, se giró de nuevo a seguir viendo la película con una sonrisa de satisfacción al igual que yo, la tome de su mano y entrelazando sus dedos con los míos seguimos viendo el filme, hasta que este terminó, y nos fuimos de regreso a casa todos felices y contentos, sin decirnos ni una palabra, solo nos dirigíamos miraditas de complicidad y deseo mutuo, me sentía feliz y excitado ante lo que estaba sucediendo con mi linda cuñadita Lucrecia.

Mi hermano seguía cada día más interesado en su relación con su secretaria, por lo que ya tenía tiempo que Lucrecia no tenía relaciones sexuales, quizá eso motivo el que un día que llegué un poco tarde a casa por estar con los amigos, vi a mi cuñada en su habitación y sentada en su cama se estaba tomando una cuba de brandi, me extrañó porque ella no toma sola, casi lo hace cuando esta mi hermano Carmelo con ella o cuando van a alguna fiesta o reunieron social, estaba viendo televisión con su cuba en la mano, al pasar por su cuarto la saludo…
-hola lulú, he llegado, que haces a estas horas despierta?
–aquí sola de nuevo, porque creo que hoy tampoco va a venir Carmelo a dormir como ya es costumbre, de seguro estará con la fulana que tiene, y estoy viendo un programa de tele, mi hijita ya se durmió, y estoy tomando una cubita, gustas una cuñadito, anda pasa y hazme un poco de compañía,. Sin pensarlo un instante acepte gustoso, me senté a un lado de ella, tenía ahí mismo la botella de brandi, con hielos y gaseosas, se levantó de la cama a preparar mi cubata, pues también tenía otro vaso, quizá lo tenía todo preparado para cuando llegara, la botella estaba un poco consumida, tal vez mi cuñada Lulú ya llevaba tres cubas y se le veía un poco alegre, estaba vestida con un ligero camisón de seda que le llegaba a medio muslo mostrando muy bien parte de sus lindas y estilizadas piernas, al estar de espaldas veía de cerca sus anchas caderas y sus bonitas nalgas con un discreto escote enseñaba el nacimiento de sus pequeños pero bonitos senos, que aprecié de cerca cuando me dio mi bebida, me estaba excitando en ese momento con mi linda cuñadita.

-y que estás viendo por tele?, le pregunte a Lucrecia, brindando con ella y dando un sorbo a mi bebida.
–salud cuñado, es un programa de debate sobre la prostitución, dicen que las que se dedican a eso lo hacen por necesidad de dinero, pero que muchas lo hacen por gusto, tu qué opinas?, me preguntó sentándose de nuevo a un lado mío, un poco más cerca de mí.
-pues creo que si lo hacen por cualquier motivo, tienen un gran riesgo ante enfermedades infectocontagiosas y agresiones tanto física como emocionalmente, por lo tanto ante cualquier motivo, deben tener muchas precauciones para ejercer la prostitución.
–tienes razón cuñado, eso mismo opinó hace rato Claudia Islas (una actriz que estaba invitada al programa, entre otras personalidades) dando un gran sorbo a su bebida hasta casi terminarla, y continuar hablando, -pero creo que los que no toman ninguna precaución de ningún tipo son tu hermano Carmelo y la puta de su secretaria, por eso desde que me enteré de su relación, no he permitido que tenga ningún tipo de contacto sexual conmigo, y quiero que sepas cuñado que no lo extraño, me lo dijo esto último viéndome fijamente a los ojos, a la vez que tomaba mi mano y la colocaba por encima de su muslo. –y quiero confesarte algo.
-e este tú dirás Lulú, le conteste nervioso, emocionado y excitado.
–no dejo de pensar en el día que fuimos al cine y me diste un beso, y la verdad me gustó mucho besas riquísimo, y desde hace tiempo que tu hermano me tiene olvidada por estar enredada con su secretaria, tal vez sea también eso por el cual recuerde mucho ese día y estoy muy agradecida contigo porque estos días te has portado muy bien conmigo y mi hija, y pienso mucho en ti no como mi cuñado, sino como hombre, y he tenido fantasías contigo en mi intimidad, creo que me estoy volviendo loca, sé que esto no está bien pero era necesario que lo supieras, no sé qué pienses ahora de mi…ante su confesión moví mi mano en su muslo desnudo, acariciándolo sutilmente.
-Lucrecia esto que dices es complicado, pero te confieso que tú también me gustas mucho, eres una mujer muy linda, me encanta tu forma de ser pero eres mi cuñada y…..de pronto me interrumpió.
–no digas nada, en este momento solo somos tu y yo…se acercó a mí, se retiró sus lentes y vi que sus ojos brillaban, mientras mi mano seguía acariciando su terso muslo, acerco su boca a la mía y nos dimos un rico y húmedo beso, entrelazando nuestras lenguas, nos recostamos en la cama sin dejar de besarnos, se veía preciosa tendida en la cama, apenas iluminada por la luz del televisor, me subí encima de ella y con mis manos empecé acariciar su lindo cuerpecito, sobre todo me esmeraba en acariciar sus bonitos pechos y sus anchas caderas, me incorpore un poco para retirarle su camisón, dejándola tan solo con una tanguita rosa que traía esa noche, me volví agachar para besar de nuevo a mi cuñada en sus finos labios, acariciando sus pechos al mismo tiempo, ambos cerramos los ojos para sentirnos, nuestros labios se abrieron para que nuestras lenguas se encontraran, mi mano que acariciaba sus senos sintieron la dureza de sus pezones, debido a lo excitada que tenía a mi cuñada, por lo que decidí bajar un poco y mis labios llegaron al nacimiento de sus pechos, besando y lamiendo llegue a uno de sus duros pezones, lamí alrededor y empecé a chuparlos, mi cuñada se estremeció arqueando su espalda a la vez que sentía la dureza de mi bulto sobre su pubis.
–aaahhhhh, cuñadito, que bien lo haces, sigue, sigue mi amor aaahhhh, gemía mi cuñada acariciando mi cabeza y mi espalda, después de mamar un rato más esos lindos senos, me incorpore para retirarme mi pantalón y liberar mi erecta verga que pedía a gritos entrar en acción, al tiempo que ella se retiraba su húmeda tanguita, al ver mi verga en todo su erección se sentó en la cama y con sus manitas la empezó acariciar, luego se acercó para empezar a lamer riquísimo, luego abrió su boquita y poco a poco se la fue introduciendo a su cavidad bucal con algo de dificultad, pues a pesar de no tener el pene muy largo, si lo tengo ancho, me seguía chupando desde mi grueso glande hasta el tronco, pasando hasta mi huevos que los lamia muy rico, que bien sabia mamar vergas mi cuñadita, nunca me habían dado una mamada así como lo hacía Lulú, la detuve un poco por que sentía que me iba a venir en su boca, y yo lo que quería era meterle la verga a mi cuñadita por su linda vaginita rubia.

La recosté de nuevo en la cama, Lucrecia abrió ligeramente sus piernas exhibiendo su precioso coñito, dispuesta a recibirme, el momento tan anhelado había llegado, me iba a coger a mi linda cuñadita Lulú, me coloque entre sus piernas y dirigí mi gorda verga a la entrada, restregando sus labios vaginales en forma circular, mojando mi glande con los jugos que desprendía el chochito de mi cuñadita, cuando mi gorda verga penetró dentro del cálido coñito de Lucrecia, me abrazo y beso con pasión, entonces me deje caer hasta que nuestros pubis se unieron, toda mi verga estaba dentro de mi cuñadita que empezó a disfrutar.

–aaahhh, que placer sentir tu verga dentro de mí, aaahhh, ahora cógeme, cógeme bien cogida cuñado…empecé a moverme lentamente pero con intensidad, m verga resbalaba por las paredes de su mojada vagina, arrancándonos gemidos de placer, poco a poco iba aumentando el ritmo de la cogida, mientras nuestras bocas se unían en un apasionado beso, sentía de pronto su cuerpo tensarse de placer, su cuñado aparentemente inexperto en las artes amatorias la estaba llevando al éxtasis, mi gorda verga entraba una y otra vez dentro de ella, seguíamos besándonos a veces con pasión y otras con ternura, sentía que me iba a correr en cualquier momento por el placer de estarme cogiendo a una mujer prohibida, blanco de todas mis fantasías sexuales, después de estarla penetrando encima de ella, retire mi verga dentro de ella, que incrédula me pregunto qué porque lo hacía..-espera lulú, siempre he soñado con cogerte agarrado a tus preciosas caderas,.. así que me hinque en medio de sus piernas y atrayéndola de sus anchas caderas le enterré de nuevo mi verga dentro de su húmeda vaginita, ella arqueo un poco la espalda pare facilitarme la penetración, afianzado firmemente a sus anchas caderas la atraía hacia mí para cogérmela de una forma muy placentera, de esa forma podía ver bien como entraba y salía mi duro miembro mojado de los fluidos que segregaba dentro de su rico coñito, me causaba mucho placer ver los bellos púbicos rubios chocar con los míos cuando la penetraba profundamente, también veía su linda carita con un rictus de placer y lujuria, después de estarla cogiendo de esta placentera forma, me canse un poco de esa postura y sin sacarla me acosté de nuevo encima de ella para seguírmela cogiendo y besar con pasión esa linda boquita que tiene mi cuñada, despues de un rato de mete y saca, mis músculos se empezaron a tensarse, nuestro orgasmo iniciaba lentamente le advertí: -cuñadita aahhh, que placer me das, me voy a correr, me voy a correr aaahhh, Lucrecia también estaba al borde del orgasmo con sus piernas rodeo mi cintura y me apretó para sentirme más dentro, tenía mi verga hasta el fondo de ella lista para regar su vagina con mi semen.

-lucrecia, aaaahhhh ya me viene, me corro, me corro, aaaahhhhh….
–si, siii correrte. ..córrete dentro de mi, aaahhhhh, lléname con tu leche cuñadito. Me tense y empecé a correrme en el fondo del coño de mi cuñadita, que al sentir el placer de recibir chorro tras chorro de caliente semen se corrió conmigo, esto era el paraíso, sentimos que el mundo entero se paralizo, solo existíamos nosotros dos, solo existía el placer, el placer de depositar mi semen dentro del coño de mi linda cuñadita lulu, compartiendo estos momentos de placer, nuestras bocas seguían fundidas saboreando nuestras lenguas, primero termine de regar su cálida vaginita de Lucrecia que seguía teniendo espasmos, ahora nos besamos con pura ternura, ella me acariciaba el pelo, yo su nuca, así estuvimos unos largos segundos, sin sacar el pene de su vagina, empecé a lamer y besar su cuello, bajando lentamente con mi lengua hasta sus erectos pezones, goloso empecé a chuparlos, sin sacar el pene de su vagina que seguía erecto, empeche a moverme de nuevo dentro de ella que débilmente protestó…–ppor dios cuñado otra vez?, me quieres matar….si cuñadita te quiero matar pero de placer, jejeje. Sin sacarla dentro de ella me voltee para que ella subiera encima para que me cabalgara, y le dije: -ahora si cuñadita mátese usted solita jejeje. Ella divertida solo sonreía ante mi broma….—si serás chistosito cuñadito pero eres maravilloso, jamás he sentido tanto placer y ahora quiero sentirte de nuevo como te corres dentro de mi…y empiezo a moverse dando unos ricos sentones, veía como sus senos se movían al ritmo de cada clavada, yo afianzado a sus lindas caderas imponía el ritmo de las embestidas, esta vez duramos cogiendo mas tiempo, y de pronto..

-aghh, aaahh, Lucrecia ya, ya me viene de nuevo, aaaahhhhh..mi cuñada me miraba fijamente mientras me corría, su cara crispada por el placer, sus dientes apretados, su vagina me succionaba mi verga al sentir el repentino calor de una nueva descarga, AAAAAAHHHHHH, jadeamos al unísono al llegar nuestro mutuo orgasmo, terminamos agotados, ella se desplomo sobre mi cuerpo, después nos desacoplamos saliendo mi verga de su rico coñito, y se recostó a mi lado, nos abrazamos, yo con mi cabeza sobre su pecho, mientras ella me acariciaba con ternura mi cabello, pasaron los minutos no sé cuántos pues daba igual, yo acariciaba sus sensuales caderas ella seguía acariciando mi cabello, ambos con los ojos cerrados, estábamos muy felices, pero de pronto nos dimos cuenta de algo, algo con lo que no contábamos, algo que nos asustaba, nos dimos cuenta que estábamos enamorados, luego cuando estuvimos algo consientes le susurré al oído:
-te amo cuñada Lucrecia…..
–yo también te amo cuñado Misael….nos dimos un tierno beso y abrazados nos quedamos dormidos, no como cuñados, sino como amantes.
FIN.

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