Mi marido me dejo por una niñata y Yo descubrí a mi perro Tomy

Hola a todos esta historia es verdadera, me llamo Mari tengo cuarenta y cinco años, estoy un poco llenita supongo que es por la edad, pero no por eso estoy muerta, muy al contrario cuanto más tiempo pasa más caliente voy.

Mi marido me dejo por una niñata de veinte y pocos, se ve que lo yo le daba no satisfacia su Ego, y se busco a alguien que le dijera todo el día que era el mejor, yo le había dado todo lo que el quería pero se ve que no fué suficiente.

Y yo en mi noches solitarias encontre a Tomy y aunque suene a raro ME GUSTA.

Todo empezo cuando ya llevaba unos diez meses sola, llegue a casa despues de asistir a una despedida de soltera de una compañera de trabajo, despues de una cena muy copiosa y apetecible, nos fuimos a un local especialista en despedidas y el Boy que nos atendio, nos puso a todas cachondas perdidas, la mayoria cuando llegaran a sus casas tendrian a sus parejas y estas las complacerian profundamente, pero a mi quien me iba a consolar cuando cerrara la puerta tras de mi al llegar a casa.

Me fuí al vestidor y deje toda la ropa que había llevado menos las bragas, ya me las quitaria la irme a dormir, ahora no tenia nada de sueño, por eso me fuí al salón y puse una peli porno, para animarme en solitario cosa que hago bastante a menudo y la verdad me gusta tocarme e imaginarme situaciones morbosas.

Me tumbe en el sofá con las piernas abiertas pero relajadas, no queria tener prisa ya que estaba flotando y me encontraba en la gloria a causa de las copas que había tomado, le di al «play» y empezo el espectaculo, la peli era de una madura como yo con el coño bastante peludo, que era penetrada por un hombre de color, que tenía la polla como una caballo y se la metia por todos lo lados, parece mentira que a nosotras convenientemente lubricadas nos entra todo por grandes que sean.

La tia no hacía mas que gemir y soltar flujo por todos lados, y no era para menos con aquella verga enorme dentro del coño y unas manos grandes que le sobaban los pechos y le pellizcaban los pezones erectos por la calentura, mientras observaba la escena mi mano busco mi coño, abierto, hambriento e invidioso de no poder ser el de aquella tia guarra.

Empece lentamente a tocarme el clitoris con dos dedos y mis pelos vaginales empezarón a mojarse de un flujo blancuzco y espeso, JODER que pringosa me estaba poniendo, empece el recorrido por mi entrepierna mojada, llegando a mi opulento trasero, empece a darle vueltas a mi ano con mi dedo indice y cuando note que se me dilataba me penetre con el dandome un gusto maravilloso.

Se ve que el olor a hembra que invadía la sala, desperto a Tomy que estaba durmiendo en su manta de la cocina, aparecio en la puerta, me miró con sorpresa y deseo a la vez, se acerco a mi moviendo la cola, al llegar a mi lado coloco su cabeza sobre mis piernas oliendome mi flujo que impregnaba mis pelos pubicos. De pronto empezo a lamer con su rugosa lengua y yo me puse más cachonda si cabe al notar su aliento cerca de mi raja humeda y abierta.

Le deje hacer y con mi mano izquierda que colgaba del sofá, le busque su pija, aun la tenía dentro de su funda pero por primera vez me gusto tocarsela sin escrupulos, el gimio aprobando la invasión manual de sus genitales.

Yo cada vez le tocaba más fuerte y la sacó goteante y roja de su interior, tenía un buen pedazo de polla y me gusto versela y tocarsela, me deje ir y me puse de lado, una para que me comiera mejor el coño, y otra para tocarle con las dos manos tanto su pija como sus huevos, abrí las piernas para darle entrada a mi entrepierna peluda, el empezo a chupar y lamer sin parar y a mi me vino otro corrida profusa, el al notar mi flujo espeso en su boca, su polla empezo a escupir leche a chorro llenando el suelo de liquido caliente.

Aproveche su corrida para levantarme y me fui al baño a cojer una toalla grande, la estendí en el suelo y me tumbe en ella e hice que Tomy hiciera un 69 conmigo, su pija goteante quedo a escasos centimetros de mi cara, abrí la boca y la busque empezando a chuaparsela sin importarme como olia y soltaba, solo se que me volvia loca notar aquel pedazo de polla dura y la verdad me gustaba que me follara la boca.

El no paraba de buscar mi culo y yo levantaba mis piernas para facilitarle su deseo, su lengua lamia y lamia mi culo oloroso y su polla no dejaba de follarme mi boca.

Llego un momento que se puso muy nervioso y recogiendo los riñones empezo el movimiento de monta, yo como sabía lo que se avecinaba y me apetecia, me levante y fui a buscar unos calcetines gordos para enfundarle las patas, por según me habian dicho cuando te montan te pueden arañar con sus uñas, ya que se ponen como locos.

Una vez terminada la operación preventiva, coloque una almohada debajo de mis rodillas para alzar aun mas mi culo a su disposición y que el eligiera el agujero por donde penetrarme con aquella polla mojada.

Yo coloque la cabeza sobre la toalla y espere acontecimientos, de pronto note un pedazo de polla que me entro al primer embite y mi coño la acogio toda, me GUSTABA MUCHO, empece a acompasarme a sus movimientos y me senti follada como nunca antes y desde luego era más gorda que cualquiera que antes hubiera tenido dentro de mi chocho, follamos y follamos sin parar, mis pelos vaginales estaban empapados de su leche y de mis corridas, tanto que me entrarón ganas de mear y pense que cuando ibamos al parque el siempre olia donde había meado una perra, por tanto no me corte y solte una meada enorme, el al notarlo y olerlo se volivo loco y apreto y apreto, hasta que de pronto me envolo.

El dolor me embargo pero a su vez el gusto fué tal que eyacule totalmente, el paso la pata por encima de su pija quedando pegados culo con culo, mientras no dejaba de soltar leche, nos quedamos así unos quince minutos, yo me notaba llena y satisfecha por la relación intima que habiamos tenido.

Cuando nos soltamos, me senti complacida pero mi coño me escocia y me quemaba, por tanto mientras el se quedo en el salón, yo me fuí al baño y llenando el bidet de agua templada me sente y me enjabone con un jabón desinfectante, el picor fué bajando y al menguar la incomodidad, la satisfacción me invadio.

Y eso fué todo, fué la primera vez y aún la recuerdo con satisfacción…

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