Poderosa afrodita: mi vecina

Bien este es mi relato, sucedió hace unos meses.

Frente de mi y un piso más abajo se trasladó hace algún tiempo una vecina. Venía con dos niños, chico y chica, pequeños. Su marido o su pareja me hes desconcido.

Cuando la vi me quede absorto, solo acerte a llamarla Poderosa Afrodita pues está inmensa. Su altura es media su cadera poderosa bien formda, sus tetas grandes y sus muslos generosos. Yo comencé a espiarla sistemáticamente cada vez que andaba cerca de una ventana o se asomaba al patio. Ella parecio darse cuente y cada vez se asomaba con más frecuencia y con más generosidad, sus escotes eran más amplios, sus faldas más cortas, sus bermudas más ajustadas…

Día a día yo me ponía más cachondo con solo verla e imaginarla. No sabía como hacer para poder llegar hasta ella, mi verga se poníia a tope cuando sentía su presencia en el patio, hasta el punto que múltiples ocasiones tuve que masturbarme con brutalidad para poder superar el proceso de excitación.

Cierto día cuando entré en el portal ella estaba con la compra, tenía gran cantidad de bolsas y al carecer de ascensor le constaría varios paseos subirla. Me ofrecí a ayudarla y ella con una luminosa sonrisa aceptó mi ayuda. Repartimos las bolsas y comenzamos a subir. Yo hasta ese momento no me habia fijado en su vestimenta. Llevaba un pantalón pirata, negro, ajustado a su muslo tenso y firme, y una camiseta blanca ajustadísima a su metro veinte de busto firme, turgente, adorable, deseado… Ella subía delante mío y yo miraba lascivamente sus grandes caderas, su bien formado culo.

Alcanzamos su piso y yo iba a dejar las bolsas a la entrada de su casa y seguir hasta la mía posiblemente a pajearme, pues estaba que reventaba. Pero ella me invitó a pasar y tomar algo, yo acepté, simplemente por la posibilidad de seguir viendola.

Sacó dos cervezas y se disculpó mientras iba a ponerse cómoda. Volvió, ¡Dios cómo volvió! Simplemente lleva por vestido una camiseta de tirantes, grande pero que dejaba al descubierto prácticamente todos sus muslos. El escote de la camiseta era de tal generosidad de por los costados se le veía toda la teta aprisionada por un sujetador negro. Nada más verla me puse más cachondo. Le pregunté por sus hijos y respondió que no me preocupase que estaban fuera hasta el día siguiente. Yo no habla sólo la miraba embobado y casi babeando.

De repente sin saber porqué le dije lo sexi que estaba con aquella indumentaría, y recalqué que más sin ella. Se rió con una risa fresca y envolvente al tiempo que se acercaba a mi, tomando mi mano la llevo a su espalda, se apretó contra mi pecho y me dio un largo y apasionado beso al que yo correspondí con una gran erección, mi verga se salía por todos los lados y yo la apretaba entre sus piernas, ella la recibía abriendo ligeramente las piernas. Sin poderme aguantar llevé mis manos hasta sus tetas grandes, turgentes, maravillosas… Las deslicé a continuación hasta su espalada y desabroché su sujetador, ante la nueva situación parecieron expandirse por mi pecho y mi picha crecer un poco más, estaban duras y no se caían. Le quite la camiseta y lamí aquellos frutos desde la base hasta los pezones con éstos me entretube en lamerlos, acariciarlos y morderlos. ¡ Era maravilloso! La empujé suavente hasta el sofá y allí tumbada empece por descender por su cuerpo besandola el omblig! o, dulce pozo de ambrosia que recorrí con mi lengua todo alrededor. Alcancé el comienzo dela braga y tire de ella hacia abajo, metí mis dedos en su coño casi con furia mientras comenzaba a gemir con suavidad, yo seguí entrando y sacando los dedos mientras los fluidos de su coño me llenaban toda la mano. Descendí con mi lengua golosa hasta ese brocal de miel y la introduje toda en él. Ella apretaba mi cabeza contra su sexo y yo introducía mi lengua todo lo que podía. Me liberé un instante y saque mi camiseta y mis pantalones, mi verga sobresalía como un ariete del slip y ella que se percata, me agarra y me tumba en el sofá. Intercambiamos las posiciones, comienza a morderme los pezones, sigue besando mi vientre y mi verga sigue aumentando creo que se va a estallar cuando ella la libera, lame mi glande suavemente y después con frenesí la chupa una y mil veces. Apriento con fuerza sus grandes tetas, palpo su bien formado culo estoy que me corro.

Me dice: «Te voy a follar» Contesto: «No querida yo te voy a follar a ti». Y me levanto la cojo de espladas la inclino sobre el sofá, queda en posición perruna,¡Qué erótica estampa! Tomo mi verga con mi mano y la acerco con suavidad a su coño, un suave gemido, penetra la punta de mi polla, un estremecimiento: sigueeeee… Empujo de golpe y la penetro hasta el fondo, comienzo un balanceo suave y calculado, sus gemidos aumentan, sus manos se vuelven hacia atras para capaturar mis nalgas y obligarme a acelerar el ritmo.

Con mi verga totalmente hundidad en su coño y el balanceo a tope me inclino sobre ella y alcanzo sus grandes tetas las aplasto, las aprieto, las retuerzo, le muerdo la nuca y ella aprita mis nalgas hasta el extremo de hacerme cardenales… Le doy la vuelta queda boca arriba con las piernas abiertas su coño pidiendo ser penetrado y sus tetas en un movimiento ritmico y acompasado a los golpes que frenéticamente le doy Sigueee, no te detengas, más… me pide en cada golpe yo intento complacerla pero estoy a punto de correrme y me corro quedando exhauto sobre ella y ella ahita de sexo Ciertamente nunca fue más placentero transportar una carga

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