Aventuras sexuales a mis 18 años

Bueno antes de comenzar para aquellos que dudan de mis experiencias… pues no dejan de decirme que son demasiadas para una chica de mi edad, os debo de mentar que si calculamos que desde los 18 años hasta el día… por no echar aun mas los años hacia atrás hasta el día de hoy, he practicado sexo… día sí y día no… e incluso varias veces al día, todos desconocidos o si alguno fue conocido… en su día también lo fue, A esto debemos de multiplicarlo por 365 días que tienen el año… por lo que no me digáis que son muchas las experiencias, pues aun me quedan bastante en el tintero… por no decir mis innumerables diarios.

Dicho esto y para aquellos que no me conozcáis… os diré que me llamo Susana, soy una chica curiosa, entrometida, fisgona, dicen que soy inquieta y sobre todo cabezota, testaruda y terca. Desde que finalice hace años ya mi carrera universitaria con la cual puedo ejercer mi profesión como una buena profesional que soy, me considero sería, responsable, cualificada e incluso competitiva, estando para bueno y también para lo malo… ya sea para trabajo como amigos.

Sabéis una cosa… no hay chico que tras verme conectada me pregunta… – “Estas caliente”, o “que llevas puesto” e incluso… – “has follado ya”, pero no me voy a enrollar mucho más y comenzaré con esta confesión que aun dormía en una vieja agenda, aquí tengo muchas más confesiones que os aseguro que os hará gozar de placer y suplicarme por dejarme coger por muchos de vosotros, ya sea a solas o en compañía de vuestras novias, compañeras o mujer, besitos y os invito a poneros cómodos.

Mirad hace ya años de esta terrible experiencia… uuufff, menos mal que paso “pronto” pues no os imagináis que mal rato pase al principio, mirad aquel suceso me ocurrió cuando no tendría más de dieciocho años. Recuerdo que paso en la finca de mis abuelos, aquellos años cuando era aun muy joven y tenía que acatar las órdenes de mis padres, era raro el fin de semana que no acudíamos a pasarlo en el caserón de mis abuelos.

Aun recuerdo lo sucedido pues la verdad es que todo paso por mi culpa… por mi cabezonería, me gustaba curiosidad y en el caserón de mis abuelos lo mas había eran lugares por descubrir. Tanto mis abuelos como mis padres no dejaban de advertirme los riesgos que estos ocasionan, pues al ser una casa vieja hay muchos desperfectos y grietas ocultas. Precisamente en uno de estos deterioros me encontré pues baje al sótano que estaba situado en el almacén, encontré cosas interesantes y una puerta que para entonces me pareció de lo más enigmática, pero que para acceder tenía que pasar antes por una reja.

Aun recuerdo como por cabezonería no dejaba de intentarlo e incluso introduje mi cabeza entre los barrotes y paso, pensando que si la cabeza pasaba el resto del cuerpo pasaría, primero pase los brazos, cabeza, torso… continúe por mis piernas, primero la derecha y luego la izquierda quedando por pasar solo el resto del cuerpo… pero no pude pasar, quedándome con las ganas. Pero como os he mencionado soy muy cabezota y comencé a estudiar la situación, dándome cuenta que por debajo de la reja podría pasar… por lo que me tire al suelo y comencé a arrastrarme, comenzando a pasar hasta quedar atorada a la altura de mis hombros… quedándome atascada.

Recuerdo que quise retroceder pero me fue imposible mas porque me enganche con algo, pataleaba a modo de poder engancharme con algo y poder tirar, pero como que no y encima tuve la mala suerte de que mis bailarinas se me salieron (ojo… para aquellos que no lo sepan, bailarinas son un tipo de calzado femenino).

Aunque al principio no pedí auxilio mas por la vergüenza y que pensé que por mi tardanza comenzarían a buscarme, pero tras una eterna hora comencé a chillar y vociferar a modo de pedir auxilio… perdiendo los nervios y comenzando a llorar.

Recuerdo el tono de una voz gruesa haciéndome saber que ya me ayudaría… tranquilizándome sus palabras, escuchaba sus pasos y el presentimiento de que estaba muy cerca. Me hizo saber que me sacaría y que me tranquilizara, me dijo que tenía que poner sus manos en mi cintura a modo de poder tirar de mí hacia el y de este modo me sacaría, obviamente me tranquilice y espere los resultados.

Sentí sus manos en mi cintura y la presión de esta al tiempo que tiraba de mí, pero note que más que salir yo de esa situación lo que realmente estaba saliendo, era mis pantalones. Dejando mi prenda por debajo de mis nalgas… mientras este se excusaba, no siendo partidaria de lo que había conseguido y comencé llevada por la ira a insultarlo, diciéndole de todo menos bonito.

El pobre hombre se excusaba que por el tono de voz debía de tener unos 50 años o más, tras sus torpes escusas… me hizo saber que me subiría mi pantalón y se iría a buscar ayuda. Creo recordar que precisamente fui yo quien se excuso y tras agradecerle que me ayudara, le anime a que me subiera el pantalón y le rogué que no me dejara sola.

Sentí como este en vez de poner sus manos en mi pantalón las puso sobre mis nalgas… elogiándolas, comenzando a insultarle nuevamente y amenazándole por denunciarlo una vez hubiera salido de allí. Creí que este se asusto pues dejo de magrear mis nalgas y comenzó a subirme mi pantalón… todo lo que pudo, haciéndolos saber que no pudo, tras apartarse un silencio… silencio que se me hizo eterno, nuevamente sus manos en mi pantalón y este comenzar a bajármelos.

Le pregunte el motivo y solo me hizo saber que debía de aprovechar la ocasión que le había brindado el “Señor”, continuando a magrear mis nalgas, caderas y muslos… mientras yo lloraba. Sentí sobre mis braguitas a la altura de mis glúteos algo caliente y duro, pensé que este podría haber cogido alguna barra de hierro y que me castigaría por mis insultos y modales, pero eso no era ningún hierro a no ser que tuviera la forma de un capullo… de su “glande”. Comencé a patalear a chillar al tiempo que lloraba, pero este más que hacerme caso lo único que conseguí fue que me bajara los pantalones hasta mis tobillos.

Comenzó a magrear mis nalgas por encima de mis braguitas… sentí como se inclinaba, sintiendo su boca al tiempo que comenzaba a darme bocaditos… mmm, echo mis braguitas hacia un lado a la altura de la ingle y comenzó a pasar su lengua por mi ingle, sintiéndola por mis labios vaginales y luego por mi orificio anal… mmm.

Rompí a llorar desesperada al tiempo que le suplicaba que no siguiera… que no continuara, sentí como uno de sus dedos me penetraba… ooohhh… llegando a introducirlo todo mas al notar sus nudillos hundirse en mis glúteos… ooohhh. Tras sacarlo fueron dos los que introdujo comenzando como la vez anterior a sacarlo para volverlo a introducir… mmm, dejando caer gotas de saliva a modo de agilizar la violenta penetración… ooohhh.

Tras sacarlos… sentí el peso de su cuerpo sobre mis muslos y en no más de minuto su glande presionar mi orificio vaginal, tras unas embestidas dolorosas por fin me entro… ooohhh, comenzando a penetrarme lentamente mientras yo lloraba como si dispusiera de todo el tiempo del mundo..

Entre sus embestidas sentí el alivio al menos de su pesado cuerpo abandonar mis muslos al tiempo que sus manos me sujetaban por mi cintura… ooohhh, dándome unas embestidas más duras y al mismo tiempo profundas… no dejando de llorar en todo el tiempo mientras le suplicaba que me dejara. Sentía las gotas de sudor caer sobre mis desnudas nalgas… rezaba por que acabara cuanto antes y que me ayudara a salir, pero en vez de eso acelero sus embestidas e incluso dejo caer su cuerpo… aaahhh, llegando a sentir su glande golpear mi útero.

Cuando me la saco creo que por fin vi el cielo abrirse pero en vez de eso… comenzó a alternar orificios… ooohhh, tras un largo rato que ignoro cuanto más aun ahora. Se detuvo y tras sacarla, puso sus manos en mi cintura y me saco de mi trampa… creyendo el fin de mí cautiverio, este de malas manera me levanto y sin dejarme darme la vuelta… me tumbo boca abajo, colocando su glande en la entrada de mi orificio anal y hundirla… ooohhh. Tras unas endiabladas embestidas que ni mis lágrimas le hicieron desistir continuo penetrándome, aprovechándose ahora por magrear mis senos hasta que sentí como se venía dentro de mi culito… ooohhh.

Tras sacarla se marcho a toda prisa dejándome allí tirada… mientras lo único que yo deseaba en esos momentos era que nadie viniera, pues sería muy humillante contar lo sucedido y más aun reconocer que al final me gusto, pues llegue a sentir placer y a obtener al menos tres orgasmos.

Cuando llegue al caserón ni mis padres se coscaron que yo había llegado… durante ese fin de semana calle y más aun durante la semana siguiente, pero no os digo que en mis noches no gozara con el recuerdo de ese total desconocido… mmm, suplicaba volverlo a repetir… ooohhh… eran tales mis orgasmo que no solo me tenía que cambiar de braguitas sino hasta de pantalón de pijama las noches que los llevaba. Cuando mis padres me alertaron de que el fin de semana volveríamos al caserón de los abuelos… yo lógicamente proteste, pero en el fondo de mi ser deseaba volver a repetir aquel suceso… mmm.

Recuerdo que estaba leyendo tirada en el sofá… cuando las voces de mi padre me sacaron de mi trance, haciéndome saber este que le debía de ayudar… pues según él… – “a falta de hombres yo podría valer”. Haciéndome saber que el pozo de regar no funcionaba por lo que aunque proteste… finalmente tuve que ceder, no sin antes mencionarle que debía de subir a cambiarme pues estaba solo con unos short y una camiseta… pero mi padre no me dejo. Tras coger el jeep condujo hasta donde estaba el pozo y caminamos hasta este a modo de repararlo, recuerdo que mi padre llamo a otra persona a modo de que nos ayudara… haciéndome saber que era el encargado.

Recuerdo que estaba con mi padre intentando arreglar el pozo por que según mi padre… -“los obreros se lo habían cargado”, haciéndome saber que él lo podía arreglar… joder para cuando, si el cabron de mi padre no sabe ni cambiar la tinta a la impresora y va saber arreglar esto.

Bueno continúo, me hizo saber que estaba obstruido y que no podía sacar aquello que lo taponaba, aun recuerdo cuando me dijo…

“Mete tú la mano que la tienes más pequeña…”, me soltó.

Pero lo peor de todo es que yo encima cojo y lo hago… teniendo la desgracia o la mala fortuna de que mi mano se quedo dentro de ese tuvo corrugado, creo que se engancho una de mis pulseras a algo en su interior… alguna brida, no pudiendo sacarla. Aun recuerdo cuando mi padre me dice…

“No te muevas de aquí que voy a pedir ayuda… “, me soltó.

Como si yo pudiera moverme… y lo peor era que cuanto más intentaba sacar la mano mas atascada la tenía, recuerdo que no paso ni diez minutos cuando me sorprendió al aparecer un coche donde mi padre dejo el suyo. De su interior salió un hombre canoso y este comenzó a caminar hacia donde yo estaba, os confieso que me quede sorprendida por la rapidez en que apareció la ayuda pero de todas formas comencé yo a llamarle la atención al tiempo que le hacía señales con mi brazo. Este me pregunto…

“Si yo era la hija de “Fulanito” de tal”, me dijo.

“Si… yo soy su hija, me llamo Susana”, le contestarle.

“Yo soy Juan… el encargado de las tierras de tu abuelo, me ha llamado tu padre por una necesidad y me ha cogido de “chiripa”, porque los fines de semana libro”, me comento.

Tras darse cuenta del percad… me pregunta de cómo he acabado de esa manera y que donde estaba mi padre, como tiempo teníamos le conteste a ambas preguntas mientras noto como este hombre me miraba de una manera muy sospechosa.

Se ofrece ayudarme… cosa que acepte y tras cogerme con una de sus manos por mí muñeca con su otra mano me sujeta por mi vientre al tiempo que pega su cuerpo al mío, tiramos un par de veces y en cada una de ellas le pedía que fuera despacio porque era mi muñeca la que estaba atorada. Os debo confesar que su olor corporal me dio que pensar… pensé que lo conocía de algo, pero tras saber que ha estado trabajando en casa de mí abuelos como desistí en la idea.

Creo recordar que cogió el móvil y llamo a mi padre… haciéndole saber que se encontraba conmigo a modo de que estuviera tranquilo, pues le aseguro que no me dejaría sola en ningún momento… al tiempo que le aconsejaba que fuera al pueblo a pedir ayuda a los bomberos.

Tras hacerme saber lo que mi padre iba a hacer y que tardaría un buen rato en volver, me pregunto si volveríamos a probar a sacarla… aceptando nuevamente, este nuevamente se me puso detrás con su cuerpo pegado al mío al tiempo, que su mano derecha me coge por mi muñeca y con la izquierda me rodea por el vientre… comenzando a tirar hacia atrás, tras detenerse unos segundo comienza nuevamente… mmm (coño, comenzando a notar como el viejo canoso se empalma).

“Ayúdame por favor… intentémosle una vez más, tira de mí hacia ti… agárrame por donde tengas de tomar para hacer fuerza”, le dije.

Se me puso detrás una vez mas y con ambas manos me rodeo por la cintura… comenzando a tirar de mi… mmm, comenzando a notar como algo grande despertaba más aun por que en cada uno de los tirones hacia él, sentí como se restregaba su ingle por mis nalgas… ooohhh. Le pedí que se detuviera a modo de hacerle entender que era mejor esperar a los bomberos, pues a pesar de la edad debía de tener un miembro de buenas dimensiones, fijándome mejor en este hombre de no más de 1.70m de altura y de comprensión robusta, abundante pelo canoso y con gafas, se estaba empalmando conmigo… con una jovencita que más podría ser su nieta más que su hija.

Pero este iba a lo suyo… comenzó a ascender sus manos desde mi vientre hasta mis desnudos pechos por dentro de mi camisa, pues como bien me hizo saber más tarde era imagen tentadora ver mis pechos botar, explicándome…

“No te imaginas niña como me has ido poniendo, por amplio cuello de tu camiseta se te veía perfectamente esos preciosos y perfectos pechos moverse, imaginándomelos en mis manos y no me he podido contener”, me dijo.

“Déjame por favor no sigas, sacas sus pervertidas manos de mi camiseta y cállate”, le rogué.

Quizás era evidente que aquella situación me estaba excitando pues tenía los pezones erectos… cosa que él se dio cuenta, no dejaba de magrear mis pechos al tiempo que restregaba su bulto por mis nalgas… aaahhh. Intentaba apartarlo pero me era difícil con solo una mano y encima este estaba detrás de mí, comenzó a acariciar mi espalda con una de sus manos al tiempo que la otra apartaba mis cabellos de mi cuello… mmm, besándome el cuello desde atrás hacia delante… ascendiendo hasta mis mejillas y encaminarse hacia mis orejas… ooohhh.

“Por favor… no sigas, déjame… ooohhh”, le suplique una vez mas pero cada vez con menos convicción

Descendieron sus manos hacia mis short y comenzó a tirar de ellos hasta sentirlos descender por mis piernas hasta mis pies, comenzando este a magrear mis nalgas desnudas y a juguetear con mis orificios, haciéndome obtener dos bestiales orgasmos… uuummm. Obviamente me di cuenta que ese hombre fue el violador de la semana pasada… cosa que fue gracias a la manera de follar que tenia, me estuvo penetrando por ambos orificios durante tres cuarto de hora en la que perdí la cuenta de los orgasmo que me hizo alcanzar y que él solo obtuvo… dos.

Me hizo saber que pensó que le habría denunciado pero al no decirle nada mí abuelo… dedujo que me gusto, me dijo que durante la semana no dejo de masturbarse con lo ocurrido e incluso no hubo día en que no rezaba para que volviese a repetirse, dándose cuenta que podría hacerlo una vez que mi padre le hizo saber por el móvil de mi situación. Dejándome que debía de ser muy tonta en quedar hasta dos veces atascada y encima seguidas, no en las mismas situaciones pero si en las circunstancias… dejándome caer lo zorrita que era e invitándome a seguir yendo a la casa de mis abuelos a modo de continuar disfrutando.

Obviamente deje de ir al caserón de mi abuelo unos años… años en que este acabo de trabajar para mi abuelo, pues hubo una serie de denuncias de chicas hacia ese hombre… denuncias que ninguna fueron mías. Y que ahora que comienzo a visitar el caserón a modo de ayudar a mi padre a regenerarla, me viene a la cabeza aquellas experiencias aunque degeneradas pero al mismo tiempo morbosa y disfrutada, deseando volverlas a repetir sin importarme con cuál de esos obreros me haga suya. Pues no imagináis las caras que ponen cuando me ven aparecer con una falda cortísima y con una blusa con gran escote, haciendo halagos a sitios donde me tengo que agachar e inclinar a modo de hacerles entender la “obra” que deseo… mmm (joder, que puta y calientapollas soy… verdad, ji ji ji).

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