El inicio con mi hija

Empiezo a escribir inspirado en esta pagina de relatos, y es para darles a conocer los pormenores de lo que he vivido al lado de una de mis hijas.
Ella es la tercera se llama janet y siempre ha sido allegada a mi desde muy chica, tanto que se subía mis piernas y le guastaba cabalgar en ellas como si estuviera haciendo el amor, es mas yo veía que lo disfrutaba, frotando su panochita sobre mi muslo.
Al pasar el tiempo ella seguía sintiendo algo sexual por mí porque no le molestaba que la acariciara en sus partes íntimas ya fuera en su panochita o en sus pequeñas tetitas. Poco a poco la fui haciendo que sintiera lo sabroso que es sentir el placer de ser transportada a las recónditas e intensas sensaciones que el sexo nos provoca.
Sucedió un día en la que ella ya de 20 años, convertida en una hermosa mujer, con amplias cadera y pechos redondos, morenos y jugosos que la empecé a acariciar sin mas ni mas, con mucho rechazo de su parte, y poco a poco la fui convenciendo de aceptar que a mi me gustaba y que todo para mi había sido un esperar acariciarla de arriba abajo algún día. Poco a poco la fui acariciando entre suspiros de ella, empecé por su cuello y sus oídos, seguí avanzando poco a podo por sus pechos tan hermosos que me hacia enloquecer hasta que llegar a su vientre planito que me invitaba a recostarme en el.
Cada caricia a una de sus partes era respondía por un -no papi- no, espérese. Lo que a mi me parecía como a seguir con el intento acariciando cada una de sus nalgas, cada uno de sus enormes senos rematados por unos pezones morenos, hermosos.
Yo sentía que mi verga estaba a punto de explotar solo de pensar en los que ella me estaba provocando y estaba dejando que le hiciera.
Con poco esfuerzo logre quitarle el pantalón que traía, dejándola solo en un pequeño bikini negro que le hacia resaltar sus piernas morenas, duras, macizas que al contacto de mis manos se estremecían y hacían que en su rostro se reflejara el placer de sentir como la acariciaba.
Para ese entonces la resistencia había disminuido y con mayor facilidad llegue a su panochita, velluda, morena igual que ella, con un pelambre igualmente negro que acaricie sin mas barreras. Acerque mi boca a esa flora hermosa hasta llegar con mi lengua a lo mas profundo de ella. Saboree su botincito y sentí como se estremecía de placer aunque aun decía –no papi, no- poco a poco empezó a dejar que le comiera ese rico botón y sus ojitos se ponían al en blanco demostrando con ello lo rico que estaba sintiendo,
En un de repente me dijo -sigue papi sigue. –que rico siento ahhhhhhhhhh que rico. Yo le daba con mi lengua en esa panochita hermosa que tanto había deseado, sintiendo como mi hija se retorcía de placer al sentir que su papa la estaba haciendo gozar con esa mamada que le estaba dando.
-sigue papacito, sigue ahhhhhhhh, desde hace tiempo quería que me lo hicieras papacito
-yaaaaaa, quiero que me la metas tu vrtga papi, métemela-
Al escuchar esto me quite el pantalón y el boxer y deje en libertad mi verga que tenia rato hacia que la tenia tiesa de tanto pensar en que se me estaba cumpliendo lo que había anhelado, cogerme a mi hija janet..
Acerque mi instrumento casi con miedo a la entrada de esa cuevita tan hermosa, como asomándome al placer que habría de sentir y de poco en poco se la frote en ese clítoris duro que ya tenia.
-ahhhhhhsehh, papacito que rico siento me decía. .ya métemela por favor papacito-
Al acercarla a la entrada de esa cuevita tan hermosa ya la tenia bien humedad igual a donde iba a entrar, los jugos míos con los suyos se habían mezclados de tal manera que sentía una facilidad enorme para penetrarla.
Empecé a meterle la cabeza de mi verga y poco a poco la fui deslizando dentro de esa cuevita tan rica. Ya para métela toda, hice una sacada y de un solo empujón se la deje hasta adentro escuchando un: – ahhhhhhh, que rico papacito, como quería esto desde hace tiempo, que hermosa verga tienes papa y que rico me hace sentir.
Al escuchar esas expresiones de placer inicié el mete y saca, con el sonido característico del liquido pre seminal inundando esa panocha tan hermosa y de mi verga deslizándose dentro de ella.
-Sigue papa, sigue- escuchaba yo a cada embestida que le daba, a cada golpe de mi verga que entraba y salía haciendo chocar mis huevos en esas nalga morenas,
De pronto empecé a sentir como se estremecía, como sus movimientos se hacían mas rápidos y me apretaba con sus brazos, con sus piernas con su panocha y veía como sus ojos se ponían en blanco anunciando su venida, esa hermosa venida que tanto esperaba
-me vengo papa, me vengo, ahhhhhhhhhhhh, que rico me coges papi, que hermosa vergaaaaaaaa.
-Me vengooooooooo, vente conmigo papacito, lléname la panochita con tu leche, quiero que me inundes con ella, ahhhhhhhhhhh que ricoooooo, ¿Por qué no me habías cogido antes papacito? Que rico lo haces, ahhhhhhhhh, me vengo, me vengo, échame la leche papacito.
Al escuchar eso yo también ya me estaba viniendo, -ahhhhhhhh mi chiquita, que rica estas, te llenare esa panochita con mi leche, ahhhhhhhh, mi chiquita. –ahí te voy, ahí te voy, ahhhhhh, tómala chiquita. Toma tu lechitaaaaaaaaa, es solo para ti mi niña.
Sentí como el chorro de leche inundaba su cueva y hasta como se estremeció al sentir el golpe en las paredes de esa cavidad tan hermosa.
-ahhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh, papacito que rico,
Aun después de venirme ella permaneció apretándome constantemente la verga invitándome a otra cogida la cual la narraré mas tarde.

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