Kali I

El sol tornaba de color miel su cuerpo desnudo… era el perfecto contraste en las arenas blancas de aquella desértica playa… Aquel rincón proporcionaba a Kali intimidad. Le invitaba a ser Eva en ese paradisiaco edén… Disfrutaba del momento, del lugar. -un merecido descanso… lejos del estrés- murmuraba para sí…


El calor que el sol irradiaba sobre su piel le confortaba. Le excitaba… Le venía a la mente su última noche de amor desenfrenado… quizás su amante cibernético… mmm. Una ligera y traviesa sonrisa se le escapó por la comisura de los labios, mientras acariciaba su vientre con suavidad. Buscaba un ligero palpitar… aquel que ejercía una pequeña vena en su delicado y rasurado pubis, justo debajo de un tatuaje… el nombre de Eros enraizado en una flor de lis… parecía tener corazón propio. Eros. su amante en la red…
Kali acariciaba aquella marca con dulzura… un leve suspiro. Le golpeaba el recuerdo de Eros… su último encuentro amoroso con él, lleno de lujuria. Mmm. Eros…donde estás… mientras su mano acaba de posarse en su sexo. Sus hábiles dedos hacen que la transporten al limbo… el placer le envuelve… Kali gime cuando uno de ellos encuentra su róseo clítoris, húmedo de pasión, y le deleita con una caricia que le hace estremecer… mmm. Una caricia que se va tornando cada vez más fuerte… más rápida… mmm. Respondiendo su miembro con una sutil erección. Recorre su mojada vulva buscando la entrada de su ser, separando sus labios vaginales con caricias que provocan la exasperación en Kali, sin dejar de deleitarse con su clítoris, cada vez mas abultado, mas mojado… más sensible… mmmmmm… El vello se le eriza… se retuerce mientras la otra mano apresa uno de sus pechos de piel de melocotón, que estruja con mimo… rozando sus pezones, pellizcándolos para provocar su excitación. Se humedece los labios… el deseo le invade… le reseca la boca, pero no para… ya no puede parar… mmm. Su sexo se embriaga en sus propios jugos… Está próxima al éxtasis… Kali sigue acariciándose con ritmo cada vez más frenético. Sus dedos se mueven descontrolados, parece que se multiplican atacando su clítoris hinchado… mmm. entra y sale con ellos de su gruta sin parar. Su sexo arde en su mano, empapada por su cálido fluido, y sus pechos son masajeados por su otra mano experta… sus pezones, duros como el mármol, notan la suave brisa… caricia extra que le enloquece… Los temblores anuncian la llegada de un orgasmo salvaje… ohhhhh. Mmmmm. Un sublime estertor le hace encoger el cuerpo. Kali queda rendida entre jadeos que buscan la normal respiración… la paz… Mientras, un susurro al viento… Eros… dónde estás…..

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