Las primas traviezas

Mi nombre es Francisco, tengo hoy 32 años, soy rubio de 1.87, y por lo que dicen bien parecido. Pero lo que les voy a contar ya ocurrió hace unos años atrás, exactamente cuando tenia 16, fue durante el mes de Enero, verano en la ciudad, con un calor increíble. A esa edad el calor que sentía también era increíble, aunque ya había tenido relaciones con varias chicas (a veces putas), no tenía mucha experiencia al respecto.

Salí de casa a eso de las 3 de la tarde, mi objetivo ir a jugar bowling en un lugar cercano con amigos, iba caminado lenta y apesumbradamente cuando veo pasar un BMW, azul marino, donde iban dos hermosas mujeres una rubia y la otra de pelo castaño, no pude más que girar la cabeza al verlas pasar y darme cuenta que una de ellas me había mirado de reojo.

Seguí caminando y cuando me di cuenta, el auto estaba nuevamente a mi lado con la ventana abierta, pensé que me iban a preguntar una dirección o algo, pero cuan grande fue mi sorpresa que al parar me preguntaron a donde iba, les comenté mi intención y me ofrecieron acercarme, me dio algo de miedo pero acepte la invitación.

Dentro del auto una de ellas me preguntó si realmente tenía que ir, porque ellas andaban solas y buscando a alguien con quien divertirse un rato, me contaron que estaban en la casa de la rubia, solas ya que sus padres habían ido de vacaciones. Las miré fijamente, ambas tenían cerca de 22 años, la rubia que manejaba se notaba más alta y voluminosa con unos pecho redondos y firmes y una mirada muy sensual, aunque estaba más nerviosa, su nombre Leticia, la de pelo castaño se llamaba Laura era más flaca con pechos al estilo francés, tenía una blusa sin nada abajo y cuando se dio la vuelta para hablarme la camisa desprendida mostraba casi la totalidad de su pecho y el pezón. Yo me puse como loco y antes de darme cuenta ya la tenía dura. Accedí a ir con ellas sin saber lo que me esperaba, ahí me comentaron que eran primas.

La casa era una residencia amplia y muy bien decorada, al llegar me ofrecieron una cerveza y me preguntaron si quería tirarme a la pileta, a lo que les dije que si, ya que hacía mucho calor. Cuando fuimos afuera Leticia que tenía puesto un jean se lo quitó, Laura hizo lo mismo con el pequeño vestido marrón que tenía puesto, yo miraba y no lo podía creer, dos hermosas mujeres se estaban desnudando y apenas las conocía. Me empecé a sacar el jean y la camisa, ellas se sacaron el sostén y rápidamente se tiraron al agua, no sin que antes pudiera ver que efectivamente Leticia tenia unos hermosos senos y un culo redondo y bien relleno, Laura más flaca, no dejaba de estar súper bien, con el pelo largo y muy esbelta, se movía tratando de mostrarme todos sus encantos.

Desde el agua las dos me miraban esperando a que me terminará de desnudar, yo con algo de vergüenza y con la pija más dura que antes (sabía que se iba a notar mucho ya que la tengo no solo gruesa sino que de unos 22 cm de largo), me quité el jean y bien en palo como estaba me tiré rápidamente al agua, lo que no había previsto es que cuando caí, el calzoncillo se me bajó hasta los tobillos, cuando me di cuenta y traté de subírmelo, Laura me lo había agarrado y me dijo «No te preocupes, es mejor que no lo tengas puesto» y continuación me lo sacó y puso su mano sobre mi pija dura, lo que con el agua fría me dio casi un espasmo, me agarró del cuello y me dio un beso con la lengua que casi me llega hasta el fondo de la garganta, yo sentía que estaba en el paraíso.

Leticia, que sentada del borde miraba mi pija bajo el agua, dijo, «No sean egoístas y acerquense aquí», ella estaba con esta pequeña bombacha negra y con las piernas separadas al borde de la pileta, nos acercamos y ella se agachó para darme un beso, yo la abracé y la bese con unas ganas increíbles. Mientras con la mano le acaricie las piernas y fui subiendo hasta su hermosa conchita, que ya se veía mojada y lista para recibir a cualquiera, corrí con una mano la bombacha para dejar entrever su rajita mojada, lentamente comence a chuparle la concha, que tenia un gusto increíble, mientras me entretenía con Leticia, Laura había salido de la pileta y estaba sentada al lado, cuando me di cuenta, ella ya estaba preparada para recibir el mismo tratamiento, giré y fui directo a su conchita, el sabor de la conchita de Leticia se empezó a mezclar con el de Laura, a la que le metí la lengua hasta el fondo y luego pasé a jugar con su clítoris que lo noté bien hinchado.

Leticia, se levantó y ofreció ir al cuarto donde estaríamos mas cómodos,subimos las escaleras y entramos a una enorme habitación con una cama que afortunadamente era gigantesca, me tiré en el medio y ambas se acostaron a mi lado, yo no podía creer que con mis 16 añitos esto me estuviera pasando.

Empecé a chuparle los pezones a Leticia que me tenían loco y mientras tanto Laura me hacía una fellatio como nunca lo había sentido, yo no aguantaba más y me la monté a Leti, ella separó esas largas y esbeltas piernas, ofreciéndome toda su conchita, sin piedad la ensarte con mi sable y ella emitió un pequeño gemido, y se mordió los labios, por lo que supe que mi tremenda pija le había dolido. Laura se me había subido a la espalda y me empezó a besar desde la nuca para abajo, yo seguía dándole duro a Leti, que entre gemidos demostraba que estaba por llegar al orgasmo, cuando me di cuenta, Laura me estaba besando el culo, algo que nadie me había hecho antes, me gustó aunque me sentí raro.

Queriendo saber como era Laura empujé a Leti a un costado, y me subí encima de Laura, ella misma agarró mi pija y la posicionó para que entrara, demás esta decir que lubricación no le faltaba, empujé y sola entró toda y hasta el fondo, ella suspiró. Leticia se había levantado y fue hacia el placard cuando la busqué, vi que estaba quitando uno de esos consoladores con cinturones, que tenía una pija como la mía de grande, se la puso y en ese momento supe que la diversión iba a ser mayor (no me imaginaba lo que me esperaba).

Cuando se acercó a la cama Leti le puso el consolador en la boca a Laura y ella empezó a chuparlo como si fuera verdadera, Leti se agachó empezó a besarla y empujó la pija hacia mi boca y me ordenó chuparla, como era de plástico le di el gusto, pero yo no pude más y me corrí dentro de Laura, seguí con la pija adentro, hasta que se me volvió a endurecer.

Intenté correrme un poco para ver si Leti quería penetrar a Laura, pero ella me dijo que me quedara ahí, no entendía, Leti se puso detrás mío, mientras yo seguía bombeando y Laura me susurró al oído «No te preocupes, ella es buena en esto», no volví a entender pero ahí sentí que Leti me estaba chupando el culo, el ano se me había dilatado y cuando me di cuenta, sentí un dedo entrando por atrás, me asusté y me moví un tanto, Laura salió para arriba y se sentó sobre las almohadas con las piernas abiertas, empujo mi cara hacia su concha y me ordenó chupársela. Yo asentí y al pasar mi lengua sentí por primera vez el gusto de mi leche mezclado entre sus jugos.

Leti me tiró la cintura para arriba y apretó la pija plástica contra mi culo, y empujó, le rogué que no lo hiciera, pero ya no había opción, el olor a sexo estaba en todas partes, flotaba en el aire y el vale todo estaba al orden del día. Sentí esa enorme pija entrar desgarrando todo lo que encontraba a su paso, el dolor se apodero de mí y trataba de desconectarme chupando con mayor fuerza la concha de Laura, ella ayudaba a Leti separando mis nalgas, finalmente me entró toda esa pija en el culo y esa rubia increíble empezó a bombearme como loca, cada entrada y salida me dolía menos y gustaba más, no aguanté me moría de vergüenza. Laura se metió debajo de mí y me la empezó a chupar, no pasaron cinco minutos para que explotara como nunca, con esa pija metida en mi dilatado culo. Todos disfrutamos mucho de esta experiencia.

Nos vestimos y me acompañaron a la puerta, un beso fue la despedida con la promesa de volver a encontrarnos y así fue…

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