Masajeando a mi hermana

Como mi trabajo de masoterapeuta me llevó a cojerme a mi hermana.

Hola, soy David y tengo 22 años. Actualmente vivo en la ciudad de buenos aires, argentina.

Este relato sucedio hace unos días, cuando comencé a trabajar como masoterapeuta luego de terminar unos cursos.
Tengo una hermana que es bailarina y actriz y comencé a trabajar gracias a ella ya que me hizo propaganda por su facultad y entre sus conocidas del ambiente.

Llevaba 2 días de estar haciendo masajes a domicilio cuando mi hermana Natalia me preguntó si tenía algún día para ella. Le contesté que esa misma noche le podía hacer masajes ya que como vivimos en el mismo departamento no había problema. Cuando ella regresó de sus clases y ensayos nos fuimos a su habitación con mi camilla y comenzamos la sesión.

Empecé masajeando su espalda y brazos, descontracturando toda la zona que siempre esta así por la exigencia del baile. Fui bajando hasta sus pies y masajendo toda la pierna y cuando me detuve a masajear toda la zona de los aductores, cada vez que pasaba mi mano cerca de su entrepierna la escuchaba gemir muy bajito.

Ante esto le pregunté si le dolía y ella se sobresaltó un poco y luego me dijo que no pasaba nada, que siguiera con mi trabajo (evidentemente no sabía que yo la estaba escuchando). Seguí con lo mío, aunque a esta altura ya estaba más que excitado porque mi hermana siempre me gustó mucho.

Mi instinto me ganó y de a poco me fui acercando a su conchita (vagina) con mis dedos y al ver que ella no se resistía fui metiendo mi mano por el costado de la tanguita que tenía puesta. Empecé a masturbarla lentamente, metiendo dos de mis dedos dentro de ella y acariciando su culito con mi otra mano.

Ella se iba mojando cada vez más, le quité su tanga y la bajé de la camilla acostándola en su cama. Le abrí las piernas y me puse a comer esa conchita hermosa y depilada. Le pasaba la lengua por sus labios, metía mi lengua lo más que podía dentro de ella y jugaba con su clítoris que iba creciendo a medida que pasaban los minutos. la puse boca abajo y ya no pude resistirme más, mientras apretaba y masajeaba ese culito parado fui acercando mi pene hasta la entrada de su conchita para penetrarla.

– Para, esto está mal David- dijo naty e intentó frenarme. Yo le saqué la mano que me puso en los abdominales y le acaricié la espalda mientras con la otra mano le tocaba la conchita. ella se fue aflojando y se entregó a la tentación.
sin perder un segundo puse mi verga en la entrada de su conchita otra vez y la penetré de una sola embestida, metiendo mis 21 cm de largo y 4,5 de ancho dentro de mi hermana. Ella comenzó a gemir más fuerte y a mover sus caderas. Yo la iba clavando cada vez más profundo y más rápido, haciendo de mi hermana mi putita.

-Te gusta naty? te gusta que te esté cojiendo tu hermano?
-Si david, siiii. Seguí así, no pares!
Seguí con el metesaca un rato largo, habrían pasado cuarenta minutos desde que empezamos a cojer cuando ella se empezó a convulsionar y a moverse más rápido.
-Me vengo daviiiid, estoy por acabaaar!!!!

Se la saqué para poder disfrutar de esos jugos exquisitos. Tragué lo que pude mientras ella no paraba de gemir.
Cuando se calmo un poco volví al mete saca porque yo todavía no había acabado. Aunque después de que ella acabó yo estaba más excitado todavía. Seguimos unos minutos más y cuando ya no aguanté más bombeé mi leche adentro de ella sin avisarle. Cuando le saqué mi verga vi como chorreaba mi semen desde su conchita.
Esa noche nos bañamos juntos y dormimos en mi cama. Al día siguiente todo fue de lo más normal y no hablamos del tema, hasta la noche cuando ella me preguntó – ¿Cuando tenes otro día disponible para otra sesión de masajes?-

Eso es todo gente, espero que les guste mi relato… Saludos!!!

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