Mis cuatro hijas se convirtieron en prostitutas

Tuve seis hijos en mi vida. Me llamo Bibiana y empecé todo esto cuando cogía con mi novio Lalo. Siempre me gustaron los mayores, y yo tenia trece y el 18. Cogiamos mucho pero cuando terminamos empecé a mirar a otros lados y en una de esas ocaciones fue mi tio el que me encontró y le gustó mucho cogerme en medio de mi despecho. Y después, sin que el otro se enterara, fue su padre, o sea mi tio, y de este ultimo quedé embarazada a los 18. Por suerte me encontré con otro novio, que también se llamaba Lalo y creyó que el hijo que tenía en mi vientre era suyo. Él era treinta años mayor que yo, pero eso no le quitaba el amor a nuestra relación.
Cuando mi primer hijo cumplió tres años, nació mi segundo hijo, lo cual es chistoso porque cumplen el mismo día. Vivíamos felices hasta que dos años después mi esposo lalo murió desafortnadamente en un accidente en una carretera. Yo me quedé sola con los niños hasta que Martín, el mayor cumplió trece, y me di cuenta de que le gustaba masturbarse viendo revistas de muchachas. Lo supe porque las encontré con las paginas todas pegadas por sus mecos. Pero lo peor fue cuando me encontré unos calzones mios con manchas de semen debajo de su cama. Yo había conservado mi buen cuerpo de mi juventud, había ido mucho al gimancio y todo el tiempo salíamos a hacer algún deporte, así que seguramente se habían acostumbrado a ver a su sexy mamá en ropa ajustada deportiva, pero Martin ya me veía como una mujer y no como una madre. Y por extraño que eso pareciera, me excitó, y me tomé muchas fotos desnuda de forma compulsiva y las escondí. Tiempo después encontré a esas también llenas de mecos debajo de su cama. Entonces, cuando fue su cumpleaños numero catorce de los dos cenamos en casa y cuando Mauricio se fue a dormir o sea el menor yo me desvestí y fui a ver a Martín.
“Amor sé que te la has jalado con mis fotos y mis calzoncitos, pero mejor permíteme que te la jale yo. Una madre sabe como hacer esta clase de cosas”. Entonces le bajé el pantalón y empecé a masturbar su pene que, aunque no era muy grande como el de su padre, o sea mi tio, era demasiado para alguien de esa edad. Se le paró de inmediato y se lo empecé a jalar y después usé mis senos. “se siente rico?” y en eso me cayó un chorro en la cara. Yo mejor abrí las piernas y me subí en su verga. Estabamos en la cama. Se metio su verga completa y empecé a subir y a bajar de inmediato. Él no sabía qué hacer, pero yo lo guiaba. Le decía que ya era un hombre y que debía de cumplir su deber conmigo. Fui primero lento y después rápido, muy rápido y mepecé a gozar mucho que empecé a gritar. Eso despertó a Mauricio, que fue a ver qué ocurría. “Mami, que le haces a Martin” “Ay bebé, ven, bajate primero el pantalón y ven” así lo hizo y vino conmigo con su verga también parada. Hice que los dos se pusieran de pie y empecé a chuparse a los dos alternadamente mientras con una mano le estimulaba a uno y con la otra mano me acariciaba el clítoris. Entonces me levanté e hice que Mauricio me metiera su verga por la pucha y se la seguí chupando a Martín. Les dije que me la metieran y medio sacaran, y así lo hicieron y supe que les estaba gustando, en especial cuando se vinieron los dos, uno en mi coño y el otro en mi boca.
Ese fue el principio de nuestros eventos sexuales. Les dije que lo guardaran en secreto, en especial cuando después me embaracé de alguno de ellos cuatro veces. Cada diez meses tuve una niña hasta que hice que me dejaron de coger cuando empezaron a hace rsu vida por su cuenta cerca de los 18. Aun quedaba dinero de mi esposo difunto y también trabajaba, además de que cuando mis hijos empezaron a trabajar me daban dinero para mantener a mis hijas. Entonces, cuando cumplí 54 me enteré de que mis hijas la pasaban mal económicamente, y que necesitaban un empleo urgentemente, las cuatro. La mayor tenía 22 en ese entonces y la menor 19. Yo trabajaba de prostituta, pero ellas eran muy bonitas, así que pensé que podían ser modelos o, si se iban por mi lado, prostitutas de lujo.
Y así fue. La primera fue la menor que se dio cuenta de que podía cobrar por sexo y que luego los millonarios le pedían que los acompañara. Ella, Natalia fue la más emprendedora porque puso, con sus hermanas, un pequeño negocio de mujeres de compañía. La mayor si logró atrapar a uno rico y se quedó a vivir con él, y ya tienen un hijo, pero las demás siguen cogiendo con quien les diese más. Tienen una modalidad entre ellas que se trata de que subastar a una de ellas para todo lo que se deseara. Parecen llevar una buena vida con el dinero que se ganan.
Mientras que yo… digamos que me encontré con mi tio y le hice revivir muchas de las cosas que vivimos. Le gustó saber que su hijo siguió la tradición y me hizo otro hijo, que fue alguna de mis hijas. Ya saben que de tal palo tal astilla.

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