Sexo con los compadres

Esta historia ocurrió hace unos meses. Rosy y yo estábamos casados desde hacía 10 años y Alejandro y Silvia se habían casado hacía 4 años. Éramos tan amigos que mi esposa y yo habíamos sido padrinos en su matrimonio. Éramos realmente amigos, todos de todos.

Un día fuimos a un hotel a pasar un fin de semana. Nos registramos en el hotel e inmediatamente nos dirigimos hacia la habitación que compartiríamos. Sólo de pensar que Silvia se colocaría una camiseta como la que le había visto en ocasiones anteriores ya me ponía caliente. Ver ese cuerpo cubierto simplemente por una camiseta era escalofriante porque se le notaban las tetas como un par de volcanes a punto de hacer erupción y se me antojaba darle unar ricas mamadas a sus pechos, y alcanzaba a marcar la forma de las bragas. Unas bragas pequeñas que hacían resaltar aún más su exuberante culo. También me excitaba que Rosy estuviera en ropa ligera en la misma habitación que mi amigo.

Llegamos a la habitación, nos instalamos y nos organizamos para bajar a la piscina. Entonces Rosy y Silvia entraron al cuarto de baño para colocarse el vestido de baño. Imaginarlas a las dos desnudas me excitaba. Cómo sería aquel par de conchas, esas tetas divinas, dos traseros inmejorables. Uauhhh! Salieron las mujeres del baño y sentí que todo me subía y me volvía a bajar. Dos hembras en bikini, que a duras penas les tapaba lo más íntimo de su coñito y su tetas. Rosy tenía una tanga que le dejaba ver el culo más espectacular que se puedan imaginar. Silvia tenía un bikini que le resaltaba el culo y las tetas. ¡Y qué tetas tenía Silvia! Mi verga se puso dura tan pronto las vi, mi esposa o sea Rosy se di cuenta inmediatamente y me sonrió picaramente.

Salimos hacia la piscina. Alejandro se lanzó directamente al agua mientras los demás nos colocábamos crema bronceadora. Rosy me pidió ayuda y, como siempre me ocurría, eso me excitó. La crema pasando por su piel me recordaba aquellas oportunidades cuando en la ducha le ayudaba a colocar el jabón para luego abrazarla y acariciarla, y terminar metiéndosela por detrás bajo el chorro de agua tibia.

De pronto Silvia me preguntó si le podía ayudar a colocar crema bronceadora en su espalda. Se acostó bocabajo sobre el camastro y yo empecé a colocar crema sobre su espalda. Pasé mi mano húmeda sobre sus hombros y empecé a bajar por la espalda lentamente haciendo un masaje que ella aceptaba complacida. Seguí bajando y le coloqué más crema al final de la espalda, donde empieza el culo. Lentamente esparcía la crema mientras contemplaba su culo, cuando ella se bajó un poco el pantalón del bikini. Eso fue maravilloso. Alcanzaba a ver el comienzo de su trasero donde se dividía su hermoso culo. Me dijo que le colocara bronceador allí, a lo que obedecí inmediatamente. No podía dejar de admirar ese culo, ese hermoso culo. De pronto me dijo que por qué no le terminaba de colocar el bronceador más abajo. Le dije que encantado, que era un placer, a lo cual Rosy y Silvia respondieron con una sonrisa de malicia entre ellas. Yo comprendí que a Rosy le agradaba que yo acariciara a Silvia al colocarle el bronceador. Empecé a colocarle bonceador en las piernas desde abajo y luego fui subiendo lentamente. Mientras le colocaba el bronceador, la acariciaba y yo sentía que a ella le agradaba mucho porque a veces emitía unos suspiros de agrado y de calentura.

Cuando empecé a acercarme a su culo ella abrió las piernas para facilitarme la labor. Noté un olor agradable porque Silvia estaba mojada y expelía un olor exquisito. Le pedí que abriera un poco más las piernas, a lo que me contestó que sería un placer abrir las piernas para mí y se rió mientras se miraban y reían con Rosy. Rosy dijo que ella también abriría las piernas. Le contesté que con gusto pasaría donde ella en unos pocos minutos. Rosy dijo que me apresurara porque estaba apurada y le hacía falta un chorrito entre las piernas. Le contesté que pidiera ayuda a Alejandro y lo llamó para que le aplicara el bronceador, a lo cual contestó que sí con una sonrisa y una mirada de aprobación de Silvia, se notaba que entre ellas se había puesto de acuerdo para esta situación. Yo ya no podía de la calentura. Ya estaba claro que Rosy quería coger con Alejandro y que Silvia quería que yo me la cogiera..

Así pasó la tarde, entre comentarios y chistes de doble sentido, hasta que llegó la noche. Después de cenar con un buen vino, nos dirigimos a la habitación. Nadie estaba cansado ni quería dormir pero todos queríamos ir a la habitación. Ya todos sabíamos qué era lo que deseábamos. Allí, en la habitación, destapamos una botella de buen vino y nos sentamos a conversar. Todos estábamos calientes con lo que había pasado en la piscina y además el vino ayudaba.

Empezamos a hacer bromas sobre sexo y cada vez los comentarios eran más directos. Sugerí que por qué no apagábamos la luz y dejábamos una pequeñas velas, a lo cual todos asintieron. De pronto, Rosy y Silvia se dirigieron al cuarto de baño y dijeron que se iban a colocar más cómodas. Al salir estaban con sus camisetas para dormir. ¡Qué maravilla de mujeres! Las dos tenían camisetas A Silvia se le alcanzaba a ver un delicioso culo tapado apenas por una pequeña tanga que no dejaba nada a la imaginación y Rosy tenía puesta una camiseta igual. Se notaba que estaban sin sujetador y las tetas bien duras porque se notaba que estaba lujuriosa resaltaban en la camiseta. Yo quedé más recalentado de lo que estaba y Alejandro también porque se le notaba un bulto en los shorts.

Rosy se sentó muy cerca de mi y le dije que lo que dejaba ver la camiseta se veía muy bien y que cómo sería lo que no dejaba ver, por lo que ella preguntó si quería ver más. Subió un poco la camiseta dejando a la vista unas pequeñas pantaletas negras.

Entretanto Silvia se había acomodado al lado de Alejandro y empezaron a tomar más vino y le puso ambas manos sobre sus pechos y se los empezó a acariciar primero suavemente y después con mas fuerza, situación que calentó a Silvia y se monto en Mauricio ya sin inhibiciones (gracias al vino y a la calentada proporcionada por su esposo), y se saco un pecho ofreciéndoselo a Alejandro en su boca para que le diera unas ricas mamadas, ante esta situación Rosy se hinco frente a mi y me saco la verga, empezó a darme unas ricas chupadas, que puso bien cachondo que me anime a mamar los pechos de Silvia que estaba montaba en Alejandro, sentados al lado derecho, Alejandro se asombro pero que no dijo nada pues ya la calentura estaba en su apogeo, eso lo animo a decirle a Rosy que se subiera al sillón si dejar de mamarme y le metió un dedo por el culo, con lo que Rosy empezó a gemir de placer pidiéndole que se lo metiera todo, Alejandro tardo ni perezoso lo hizo, era la primera vez que nosotros cogiamos en grupo y la verdad que es delicioso hasta ese momento, Silvia se levanto y se paro sobre mi ofreciéndome su pucha y le meti toda la lengua, con lo que empezó a retorcerse de placer hasta que se vino llenándome la cara con sus jugos, Rosy se levanto y empezó a mamarle los huevos a Alejandro, sacaba la lengua y la pasaba por su verga desde la base hasta la punta. De pronto se la metió toda en la boca. Ver cómo Rosy se metía esa verga dentro de su boca era excitante, yo deseaba ver como Alejandro se cogía a Rosy pues una de mis fantasías era ver a Rosy penetrada por otro cuate

Mientras tanto yo seguía besando las tetas de Silvia y acariciaba su coño. Estaba mojada. Sus líquidos habían empapado todas sus entrañas. Empecé a meter mi dedo en el coño y culo de Silvia. La acariciaba y ella empezó a gemir nuevamente. Se movía como una loca y me pedía que la acariciara más y más y que quería otra verga, Rosy se separo de Alejandro y le pidió a Silvia que se hincara delante de mi para seguir mamandome la verga, Rosy se hinco detrás de ella y le empezó a lenguetear el culo a Silvia quien dio gritos de placer, Alejandro se coloco detrás de Rosy que estaba bien caliente y se le notaba toda la lujuria en su cara y se la clavó por detrás de un golpe. Ella gimió como una perra y empezó a gritar: «más, más, más duro que así me gusta más, más, por ahí, así, papito, así». Yo estaba extrañado pues nunca había conseguido penetrarla por el culo, ya que siempre me lo había negado, pero gracias a la calentura del momento no le importo que se la dejarán ir por atrás.

Silvia y yo nos separamos y nos fuimos a otro sillón y empezamos a masturbarnos cada quien pos u lado mientras veíamos a nuestras parejas hacer el amor. Era excitante ver a Alejandro como se cogía a mi esposa. Silvia no resistió y se vino nuevamente. Pero yo seguí masturbándome observando a mi esposa como se la cogían y ella gritando de placer, le pedí a Silvia que le la mamara y tuve una descarga como pocas veces he tenido, llenando su boca de semen y Silvia se lo trago todo y continuo besándome los huevos hasta llegar al culo y empezó a darme unas ricas mamadas,, Rosy hizó lo mismo con Alejandro y ahí estaban nuestras esposas dándonos lengua hasta lo más profundo de nuestro culo, que placer tan maravilloso.

Descansamos un rato y bebimos unas copas de vino en la cama, estuvimos platicando de lo sucedido, y nos lamentamos que no hubiera ocurrido antes, pero que de ahí en adelante la relación entre nosotros iban a cambiar y todos movimos la cabeza aceptando su sugerencia, en eso estábamos cuando Alejandro les pidió a nuestras mujeres que nos dieran un espectáculo lesbico antes de que se perdiera la calentura, ellas de inmediato empezaron a besarse y acariciarse mutuamente Rosy empezó a darle unas ricas mamadas en los pechos de Silvia y a todo su cuerpo lo recorrio con su lengua, ambas estaban sudando y chorreando de placer, Silvia le dijo que hicieran el 69, que espectáculo viéndolas disfrutar y retorcerse de placer, viéndonos ellas lo calientes que estábamos nos invitaron a subirnos a la cama con ellas, Me acerque Silvia que estaba arriba de Rosy y se la deje ir pidiéndome que se la metiera toda, que la embistiera con más fuerza que quería sentir la verga hasta lo mas profundo, en eso estaba cuando Alejandro se monta sobre Silvia, poniéndome su verga delante de mi en ese momento ni me acorde de que yo era heterosexual, y se la empecé a mamar que rica verga tiene Alejandro, nunca me hubiera imaginado estar en esta situación pero la calentura me desinhibió de todo precepto, note como Alejandro se cimbro de placer ante las mamadas que empecé a darle, que placer tan rico tenia en ese momento, sentí que se iba a venir y el se separo para no hacerlo y se coloco detrás de mi aplicándome mentolato para lubricarme y empezo a acercar su verga a mi culo sintiéndola como me penetraba empece a sentir un ligero ardor en el culo pero era ardor de placer y lujuria que le dije metela toda, mientras yo le daba a Silvia y Silvia continuaba mamando a Rosy que ya estaba a punto de venirse, yo no aguante y me vine en Silvia, Rosy agarro mi verga y se la introdujo en la boca para exprimirme todo y dejarme seco, con lo que logro venirse nuevamente, terminamos completamente agotados. Así fue esa noche de placer. Luego repetimos una sesión más que les contaré en otra historia y que estuvo mil veces mejor que esta. Agotados nos quedamos dormidos los cuatro.

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