Una excitante visita al probador

Después de ver tiendas el otro día, hemos salido mi hermana y yo a comprar un par de cosas que vimos. Hemos dado un par de vueltas, merendado algo, pero ya sabes cómo es si no le hacen caso. Se ha enfadado y vuelto a casa despues de un rato y me ha dejado sola. Yo, enfadada, le he dicho que haga lo que quiera y me he quedado a ver las tiendas. ¡Amargarme la tarde a mí! Ya que estoy sola, aprovecho para buscar algo que te pueda gustar y me quede bien para mandarte fotos desde el probador y hacer un poco el idiota. Doy vueltas en la misma tienda de la que se ha ido mi hermana mirando camisetas, vestidos, chaquetas. Encuentro una falda azul bonita, corta y con vuelo como las que te gustan. Cojo también un vestido de tirantes estampado, una blusa oscura y un par de camisetas de colores que me han gustado y busco el probador. No hay mucha gente, busco el del fondo y una vez dentro lucho con la estúpida cortinita y me pruebo la primera camiseta. Oigo a la chica del probador de al lado quejándose de algo, una señora en el del otro lado. Saco una foto rápida y la guardo para mandártelas todas juntas por sorpresa. Me quito la camiseta y me fijo que la cortina no está bien cerrada y se ve a un chico sentado fuera. Es alto, delgadito, moreno y con barba de dos días. Mayor que yo. Tiene un montón de bolsas a los pies y parece aburrido, así que supongo que es el novio de la chica del probador. Pego otro tirón de la cortina, pero no se cierra, las anillas están muy altas. Encojo los hombros y lo dejo estar, no se ve nada de todas maneras. Me pruebo la otra camiseta, que es más ceñida con un poco de escote y me gusta más. Vuelvo a sacar otra foto y te mando las dos con un par de mensajes. Sin embargo, al dejar el móvil para coger la falda, veo que el chico ha visto el flash y está mirando curioso. Me sonrojo un poco y me digo que ya dejará de mirar al ver que está ocupado, pero no cierro. Me quito la camiseta y me quedo un momento delante del espejo. Llevo el sujetador negro, que me hace unas tetas preciosas, y los shorts, y aunque sé que si me muevo vería al chico reflejado, no me atrevo. Me sentiría un poco idiota si no me estuviera haciendo caso y me estuviese haciendo ilusiones. Me quito los vaqueros y me quedo en ropa interior, con el tanga rojo, que me he llevé pensando en no decírtelo y enseñártelo con las fotos. Saco pecho y me muevo un poco, simulando que me estoy mirando, y veo al chico mirando con menos disimulo. Me pongo roja y saco otra foto para disimular, pero no, esta no te la mando. Recojo la ropa del suelo, agachándome bien y levantando el culo, y me pruebo la blusa. Me dejo un par de botones desabrochados hasta que casi se me ve el sujetador, para que se me vea bien el escote. Me pruebo también la falda; me gusta mucho como me queda, mucho más que las anteriores. Pienso en comprármela después, en si al chico se fuera también le gustará como me queda, o si lo que quiere es que me quite ropa. Doy un vuelta sobre mí misma y te mando una nueva foto. Antes de desvestirme, miro al chico directamente a través del reflejo y le guiño un ojo. Él se pone rojo y aparta la mirada, pero vuelve a levantarla en seguida. Aprovecho para volver a quedarme en tanga y probarme el último vestido, pero esta vez lo hago despacio, de espaldas al espejo y de cara a él. Él se reclina un poco en el asiento y me mira desnudarme y cambiarme. Juego a levantarme la falda del vestido, bajar un tirante, colocármelo de nuevo, mirar y sonreír.

De repente la chica del otro probador sale quejándose de nuevo y el chico da un bote en la silla. Pelo largo, con ondas rubias, muy guapa. No es muy alta ni tiene mucho pecho, pero sí un cuerpo bonito y un buen culo. Viste bastante pijilla, con un mono largo oscuro, y enfadada deja una montaña de ropa en manos de su novio pidiéndole que le busque otra talla distinta. Por supuesto, ni siquiera mira en la dirección de mi probador. Se sienta en la silla mientras que él sale de los probadores dispuesto a cumplir.

Corriendo me quito el vestido y me pongo mis shorts vaqueros y mi camiseta. Recojo toda la ropa que he cogido y la dejo a la entrada de los probadores. Corro a la sección de ropa interior y cojo un sujetador negro con cintas y otro rojo de encaje. Encuentro los tangas a juego y justo antes de darme la vuelta veo con corsé precioso negro, con un pequeño lazo. Tiene ligueros, pero yo no tengo tiempo de buscar y probarme también unas medias, así que lo cojo todo y vuelvo corriendo al probador. Al llegar veo que hay más cola, 3 personas siendo el chico el último de la fila. Lleva toda la ropa que su novia le ha pedido. Me pongo detrás de él, muy cerca, y sin que nadie me vea le meto la mano en los bolsillos de los vaqueros. Él pega un salto y se da la vuelta, pero cuando me ve detrás suya sonriendo vuelve a darse la vuelta y sigo tocándole el culo. Tiene un culito duro y genial y me entran ganas de morder. Entra el siguiente de la cola en el probador. Me pego aún más y deslizo la mano por su cintura. Juego con el cierre de los vaqueros notando cómo se empieza a excitar, y me río al pensar qué dirá su novia al ver eso. Él tiene las manos ocupadas, pero no parece querer que quite la mano, así que le agarro del paquete directamente y aprieto ligeramente. Pasa al probador la mujer enfrente suya y quito la mano para que nadie me vea. Él se sonroja y baja los brazos con la ropa para disimular el bulto. Vuelve a quedar un probador libre y pasamos a la vez, él a darle la ropa a la chica y yo al probador del fondo. Veo que sonríe de refilón al ver lo que llevo en brazos.

Dejo la cortina semi-abierta, aposta esta vez. Veo que le ha dado toda la ropa a su novia y oigo como vuelve a encerrarse tras su cortina. Ni siquiera se ha fijado en el bulto que trae bajo los pantalones, pobre chico. Yo sí me interesaría más por él y su bulto. Se ha vuelto a sentar en el taburete, orientado hacia mí esta vez, con las piernas abiertas y los codos descansando en las rodillas. Me vuelvo a quedar en ropa interior y le enseño los dos sujetadores, esperando que elija. Señala el negro y dejo el otro colgado. Empiezo a acariciar muy lentamente el borde de mi sujetador, tirando hacia abajo, bajo los tirantes, sin decidirme a quitármelo. Me pone nerviosa la idea de que venga alguien, o salga su novia, y la cortina esté abierta. Por fin alargo las manos hasta el cierre y lo dejo caer. Me quedo con las tetas al aire y veo como el chico se retuerce un poco mordiéndose el labio. Me pongo roja y doy un par de vueltas mirándome al espejo. Pongo un dedo en el borde del tanga y tiro un poco, sin quitarmelo y mirando al chico. El bulto ha crecido más, jo, quiero quitarle los pantalones y meterlo en el probador. Quiero tocarle la polla y hacerle una paja para ver cómo de dura está… Dejo en borde del tanga y muevo la mano hasta mi coño. Empiezo a tocarme debajo del tanga mientras miro al chico. Dios, si lo hiciera él… Con la otra mano aparto un poco la tela y me meto un dedo dejándole que vea bien. Está muy cachondo, tiene los labios apretados y las manos en un puño. Saco el dedo y tiro del tanga, quedándome desnuda al fin. Voy depilada y él sigue mirando. Me doy la vuelta y cojo el conjunto que ha elegido, me lo pongo rápido y me lo pruebo apretándome las tetas entre las manos, moviendo la tira del tanga o acariciando los pezones, que se transparentan. Estoy muy muy mojada y quiero que lo sepa, así que vuelvo a meterme un dedo despacito y lo chupo enfrente suya. Comienzo a desnudarme de nuevo para probarme el corsé cuando oigo a la chica de al lado coger el teléfono. No se entiende bien porque habla anormalmente rápido, pero suelta un par de chillidos ilusionada y al momento sale del probador quitándose una chaqueta. Le deja a su novio otro montón de ropa, mas pequeño esta vez, y le pide que lo pague y guarde las bolsas. Hay una amiga suya por la zona y quiere ir a saludar. Sale del probador a toda prisa sin esperar respuesta. Yo me he quedado un poco bloqueada por si me ha visto, pero el chico deja todo en el suelo y se lanza al probador conmigo. Cierra la cortina, esta vez del todo, y me quita el sujetador que yo había empezado a desabrocharme. Tira del tanga, que se rompe, y me empuja contra el contra el cristal. Con una mano trata de abarcar mi culo y con la otra me sujeta la cabeza mientras me mete la lengua. Yo le desabrocho los vaqueros y por fin le agarro la polla. La tiene muy dura y es gorda, como me gustan. Empiezo a masturbarlo de arriba abajo y apoya la cabeza en mi hombro mientras respira rápidamente. Tengo el coño completamente hinchado y mojado, así que le muevo la mano de mi culo y empieza a masturbarme él. Echo la cabeza atrás y me muerdo los labios para no gemir muy alto. Él baja la cabeza y se me mete mis pezones en la boca, lamiéndome y chupándome las tetas. Nos quedamos así hasta que noto su polla mojada. Me suelto y le bajo los pantalones hasta los tobillos. Sin dejar de masturbarle, me pongo de rodillas y me meto la polla en la boca. Me la clavo mientras le miro a la cara e intento que me quepa entera, alargando la lengua, abriendo la boca, pero es imposible, es demasiado larga. Apretando los labios, dejo que me folle la boca mientras me sujeta del pelo y echa la cabeza atrás. Me pone muchísimo verlo así y me vuelvo a meter el dedo en el coño y a follarme sola. Cuando se me han saltado las lágrimas y me atraganto con la polla, la recorro de arriba abajo con la lengua. Chupo la punta y empiezo a lamerle los huevos sin dejar de tocarme. Sin dejarme parar se pajea él también sin parar y sujetándome. Cuando noto que le queda poco para correrse me pongo de pie acariciándole los huevos y le digo al oído que quiero que me folle. Me doy la vuelta y me apoyo contra el espejo mientras que él se inclina sobre mí y me agarra las tetas con una mano. Se salen, no caben, lo ve en el espejo, se excita aún más. Deja de masturbarse y con esa mano me mete la polla. Estoy chorreando y se desliza sola, aunque me aprieta y duele, pero me da más placer aún. Apoyándose en el espejo y sin soltarme las tetas me folla metiéndomela hasta el fondo. No puedo evitar soltar algún gemido, aunque no quiero que me oigan. Cada vez me embiste más fuerte, me muerdo más el labio, me botan más las tetas, él me aprieta más fuerte hasta que… hasta que… se corre, me sujeta de la cintura mientras me llena el coño de leche, joder, sigue retorciéndose. Le miro a través del espejo hasta que al fin abre los ojos, vuelve a subirse los pantalones, me guiña un ojo y se va.

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