Vestuario masculino y empleadas de limpieza

Todas las mañanas acudía a un pequeño gimnasio de barrio. A veces mas temprano, y otras mas tarde, dependiendo de el tiempo que tuviera.

A base de ir, me fui percatando de la hora a la que las limpiadoras entraban en el vestuario masculino, que era aproximadamente entre las 13:00 y las 14:00, horas en las que el gimnasio tenía menos afluencia de socios.

Asi que urdí mi plan, para poder mostrarme en pelotas ante la chica que limpiaba con total impunidad.

Una vez que tenía controlada la hora de limpieza, me dispuse a ello.

Me metí en el vestuario masculino un poco antes de que llegase la limpiadora, y una vez allí me quité el chandal y me entretuve disimulando con mis cosas. Llegó la hora y la chica entró sin preguntar. El vestuario era muy amplio y cuando entró pudo ver perfectamente como yo en calzoncillos manipulaba mi bolsa frente a una taquilla. No quería que me encontrase desnudo nada mas entrar porque podría marcharse.
Ella no dijo nada, ni siquiera saludó. Simplemente me miró de reojo y se dirigió hacia el cuarto donde guardaban los utensilios de limpieza. Sacó sus bártulos y se fue hacia la zona de las duchas y lavabos. Yo fingí que no la había visto.

Entonces pensé, «esta es la mia», me despojé de mis calzoncillos quedando totalmente en pelotas, y me dirigí hacia la zona de los lavabos con una mini toalla al hombro.

Mi excitación era total, y me encantaba sentir el peligro de que la chica me sorprendiese totalmente desnudo, lo que se reflejaba ligeramente en mi polla.

Me dirigí hacia los lavabos sin cruzarme con la limpiadora y disimulé como si estuviese haciendo algo, pero una vez allí, apareció la chica pasando la fregona por una zona próxima a donde yo estaba desde la que podía verme perfectamente.

Cuando dirigió la mirada hacia mi soltó una carcajada forzada, creo que con la intención de que yo me cortase, pero lógicamente no lo consiguió. Tambien puede que su risa fuese para que yo me enterase de que me había visto, o para hacerse notar que se encontraba allí por si yo no me hubiese dado cuenta, aunque esto creo que los dos lo conocíamos. En El caso es que yo había conseguido que me viera, y además no había ningún problema pues estaba en todo mi derecho de andar en pelotas por un vestuario maculino. En todo caso podría ser yo el que me indignase con la dirección del gimnasio por meter una mujer en el vestuario en horas a las que que estaba el gimnasio abierto.

Entonces me dirigí hacia la zona de urinarios desde donde ella podía verme perfectamente y con la toalla en la nuca sujetándola con ambas manos a los lados, me puse a mear en uno de los urinarios de la pared y lo suficientemente separado para que se me viese bien. Mear así, sin sujetármela y con la empleada por alli, fue una sensación muy placentera.

Ahora ya no había dudas, había quedado claro que a mi no me importaba que me viese desnudo la limpiadora y que a ella tampoco le disgustaba la situación, pues de lo contrario se habría marchado y habría vuelto cuando me viera salir.

Antes de seguir describiré un poco a la chica. Era una mulata de entre veintimuchos o treinta y pocos, alta, grandota pero sin llegar a ser gorda, de grandes pechos y con una sonrisa blanca y cara simpática

Me fui otra vez hasta mi bolsa de deporte, saqué un cepillo de dientes y el champú y me dirigí otra vez hacia los lavabos, siempre con la toalla en el hombro.
Al llegar se encontraba en la entrada de los labavos fregando, entonces dije: «Ay, lo siento, quería pasar…»

Ella me contestó: «Pasa, pasa no te preocupes. Además como vas descalzo no se marca el suelo, ja, ja»

Yo: «Bueno, si no te importa que pise» y pasé de puntillas por la parte que había fregado. Me daba la impresión de que al andar de puntillas mi polla sobresalía aún mas, además para entonces ya se me veía casi medio empalmado.
Ella soltó otra pequeña risa y siguió con lo suyo.

Empecé a cepillarme los dientes mientras ella fregoteaba a unos metros de mi. La chica se movía tranquilamente haciendo su trabajo y pasaba casi todo el tiempo girada de frente hacia mi. Yo la miraba disimuladamente a través del espejo y fueron varias veces las que la pillé mirándome y se sonreía o mas bien casi se reía, no se si lo hacía por vergüenza, nerviosismo, excitación o si le hacía gracia la situación, pero esto me desconcertaba un poco y tambien me hacía sentir un poco de corte.

Terminé de cepillarme los dientes y me di una ducha rápida para meterme a la sauna. Una vez dentro de la ducha tuve que evitar tocarme pues de lo contrario me habría empalmado irremediablemente.

Salí de la ducha y me encontré con la chica de frente una vez mas, y una vez ella me miró sin disimulo, se sonrió alegremente y siguió a lo suyo.

Pasé por donde tenía la bolsa de deporte, dejé el cepillo y me metí en la sauna. Desde dentro podía ver parte del vestuario a través de la pequeña ventana. Entonces la vi pasar en dirección a la puerta de salida del vestuario y pensé que esto se acababa y que ya se marchaba, pero no era esa su intención. Pasados un par de minutos volví a verla pasar con otra compañera suya que habría avisado, no se si para que disfrutara del espectáculo, para intentar que me cortara o para no estar ella sola en esa situación. Esta era una chica española que había visto otras veces por el gimnasio haciendo tambien labores de limpieza.

La otra chica era mas bajita, pequeña y delgada. Desde la sauna las escuché reirse y pude ver como la mulata señaló hacia la sauna indicándole a su compañera donde me encontraba e hizo un gesto con las manos haciendo referencia a mi polla, la otra miró y ambas se rieron.
La situación me sobrepasó un poco y no sabía que hacer ahora me daba vergüenza salir, pero tampoco me quedaba otra opción. La toalla que había cogido a propósito era tan pequeña que ni siquiera me rodeba la cintura y despues de la exhibición que le había regalado a su compañera fingiendo naturalidad, ahora no podía echarme atras pues habría dejado al descubierto la índole sexual de mi desnudez anterior.

Estaba empapado de sudor y con el calor de la sauna mi polla había crecido un poco mas, pero no podía retrasarlo mas, así que sin pensarlo, salí de la sauna y me dirigí directamente hacia las duchas.
Al llegar allí, la chica nueva estaba limpiando los espejos de los lavabos. Me miró de arriba a abajo, sin disimulo ninguno y dijo sonriendo:Hola.

Yo sentí vergüenza y contesté. Tanta naturalidad me abrumaba, seguía con lo suyo pero no se cortaba en absoluto en mirarme casi con descaro. La otra chica estaba detrás limpiando otra zona. Ahora la situación era muy distinta al ser dos las mujeres vestidas.
Antes de que me metiera a duchar la nueva chica me dijo: «Tengo que limpiar por aqui, si te molesta me salgo y espero a que termines, pero como me ha dicho mi compañera que no te importaba…»
Estaba claro que la pregunta iba con segundas y que me estaba dando con mi propia medicina, pero esto era positivo porque significaba aceptación por su parte.

Contesté: No, da igual, por mi no te preocupes.

Estaba claro para que había venido. Y ahora yo no me iba a dejar ganar.

Entonces entré en la ducha super excitado, notaba que mi polla crecia mas y mas. No sabía que hacer. Pensé en hacerme una paja, pero quizá iba a ser peor porque si no me corria iba a tener que salir empalmado del todo. Finalmente me decidí a salir ,estaba bastante empalmado y aunque no al 100%, no quería que me viesen así, al menos por ahora.

Salí deprisa de las duchas con el empalme casi total, y me dirigí de nuevo hacia la sauna. Por suerte las chicas en ese momento se encontraban en una zona desde la que era prácticamente imposible que me viesen.
Me metí en la sauna y una vez alli, podía controlar a través del cristal sus movimientos y sin embargo desde fuera hacia dentro es mas dificil observar el interior,asi que me hice la paja que tanto necesitaba y además con esto conseguia que mi empalme se bajara.

Me corrí salvajemente. Ahora tenía que salir de nuevo, algo que me cortaba bastante, pues despues de correrse la excitación desciende, deja paso al pudor y con ello aumenta la necesidad de taparse. Aun asi, saqué fuerzas de flaqueza y me obligué a mi mismo a salir de nuevo en pelotas ante las chicas.
Por otra parte, despues de la corrida tenía un tiempo hasta volver a empalmarme y además el tamaño de la polla es superior al que se encuentra normalmente en estado de flaccidez.

Sali de la sauna y me dirigí a las duchas de nuevo. Esta vez si que me encontré con las chicas, con las dos, que me miraron, se miraron y se sonrieron por no decir que se aguantaron la risa, aunque creo no porque sospecharan que me había hecho una paja dentro.

Entré en una de las duchas, me lavé y tardé poco en salir. Me dirigí hacia mi taquilla, y que casualidad que las chicas ya andaban tambien por esa zona.
Saqué mi bolsa y empezé a terminar de secarme, dejé la toalla y me puse a sacar mi ropa sin ninguna prisa. Entonces la chica mas bajita se dirigió a mi y me preguntó: «¿Tu haces bastantes pesas verdad?» Se notaba que estaba buscando sacar algún tema de conversación.

Yo le respondí: «Bueno, vengo tres o cuatro veces a la semana»

Ahora la situación había cambiado, hablar directamente con ella iniciando la conversación abría una puerta extra que hasta ahora no se había tocado. Yo en pelotas, ella vestida con su uniforme de trabajo, y su compañera a unos metros de nosotros realizando sus labores de limpieza.
Esto me cortaba bastante, pero a la vez me excitaba muchísimo mas que los anteriores encuentros en teoria fortuítos. Aunque me avergonzaba la situción, la excitación era aun mayor, y me propuse seguir con el juego, asi que retrasé todo lo que pude lo de vestirme y continué en pelotas delante de la chica y charlando con ella.

Ella: «Pues se nota que entrenas duro, porque tienes un cuerpo estupendo» «Es el típico cuerpo que nos encanta a las mujeres… ja, ja»

Yo: «Ja, ja, gracias por el cumplido, me alegro que te guste»

Ella: «No, en serio, no es un cumplido. Estás perfecto, como nos gusta a casi todas las tias, fuerte, pero no en plan culturista» «A veces los tios os pasais, parece que no veis el final y perdeis el atractivo para las mujeres, pero en tu caso has dado con el punto justo…ja, ja.»

Yo: «Bueno, yo tambien lo pienso asi. Hay que estar atlético, pero sin que se pierda la armonía»

Ella: «Eso, eso, a eso me refiero, y ¡Vaya si lo has conseguido!»

A todo esto yo seguía en pelotas intentando alargar todo lo posible mi exhibición ante la limpiadora, y ella estaba dispuesta a seguir dándome conversación como si fuese lo mas natural del mundo que un tio desnudo hablase con una chica de la limpieza vestida con su uniforme.

Llegó un momento en el que estaba totalmente seco, y yo ya no sabía que buscar en mi bolsa ni en mi taquilla, ni excusa alguna para no empezar a vestirme. Entonces ella contribuyó a mi exhibición y continuó haciéndome preguntas.

Ella: » ¿Sabes? Lo que me ha sorprendido de tu físico, es que además de estar fuerte de arriba, tambien tienes la pierna fuerte y bien trabajada»

Yo: «Claro, es que eso es la base de un cuerpo atlético» «Es un error muy común, pero queda fatal ver a un tio fuerte pero con la pierna descompensada»

Ella: «Ya, eso es lo que le digo a mi novio» «Que no se curre tanto lo de arriba, y que lo iguale un poco con la pata, ja, ja»

Entonces ella se acercó un poco mas y me miró las piernas mas de cerca.

Yo: Pues si, tienes toda la razón, la pierna es casi lo mas importante y en general la gente la descuida bastante.

Como era ella la que había abierto la puerta, me puse completamente de frente, y tensé mis músculos de la pierna para apoyar nuestra teoria.
Lógicamente al mostrar mi musculatura de las piernas, tambien quedaban totalmente al descubierto y mas facilmente visibles mi polla y huevos.

La chica me siguió el juego y halagó, mi musculatura.
Mientras tanto con todo este jueguecito, la polla me iba creciendo por momentos y ya empezaba a notarse un tamaño que superaba el normal en flaccidez.

Se hizo un silencio, ella me sonrió y dijo: «Vaya, parece que hay una tercera pierna que tambien está creciendo, ja,ja»

Ahora si que sentí vergüenza de verdad, pero no me quedaba otra opción que continuar con el juego.

Lo cierto es que ella me facilitaba bastante las cosas comportándose tan abiertamente. Por supuesto que se notaba un trasfondo sexual en todo esto, pero la chica sabía disimularlo y hacerme sentir tranquilo dentro de lo que cabía para la situación.

Yo tambien intenté restarle importancia y dije: «Ja, ja, Si, bueno supongo que es normal»

Ella: «Por supuesto que es de lo mas normal, eres un tio, no te apures por mi. Me gusta que la gente sea asi de natural»

Para entonces mi empalme había crecido hasta un 75%, y me encontraba en una mezcla entre vergüenza y excitación pero con ganas de seguir en pelotas para ella.

Entonces dijo algo que me dejó de piedra: «¿Te importa que llame a mi compañera? Estaba deseando verte asi.»

Yo: «Hombre pues si, me gusta ser natural pero esto ya se pasa un poco de naturalidad. Además tengo que vestirme para irme»

Ella: «No espera. No quiero parecer demasiado atrevida, pero todo esto me está encantando, y bueno… eeehm! Si quieres te echo una mano para que no te vayas asi»

Aunque en realidad estaba esperando que esto sucediera, me quedé pasmado y solo acerté a decir «Pero…. aqui» dando a entender que cualquiera podría entrar en el vestuario y sorprendernos.

Estaba claro que ella lo interpretó como una aceptación por mi parte, se acercó a mi sonriendo, me cogió de la mano y me llevó a el cuarto de los rayos uva, que estaba a unos pocos metros de nosotros. La sensación de ser conducido de la mano en pelotas por la chica vestida con su uniforme de limpieza me pareció super excitante y para cuando llegamos, ya estaba al máximo de empalmado que se puede estar.
Nada mas entrar, así de pie como estaba, me colocó con la espalda apoyada en la máquina, ligeramente recostado y sin dudarlo un segundo me cogió la polla con decisión y empezó a movérmela.
Dejó la puerta un poco abierta de manera que yo quedaba detrás, no se me veía desde fuera y ella podía vigilar por si venía alguien mientras me hacía una paja antológica y con la otra mano me tocaba todo el cuerpo.

De repente su compañera la llamó y ella abrió un poco mas la puerta y contestó, «estoy aqui», mientras le hacía un gesto con la mano para que viniera. A mi me molestó un poco que no me preguntase ni me pidiera permiso, pero en esas circunstancias no dije nada. Al llegar su compañera soltó una exclamación con carcajada «Joder, al final lo has conseguido ehhh!! Ja, ja», y sin preguntar se metió en el pequeño cuartito, y comenzó a tocarme.
Tenían mucha confianza entre ellas y daba la impresión de que no era la primera que hacían algo semejante.

La mulata dijo: «A ver: déjame» y su compañera apartó las manos dejando que la otra inmediatamente se agarrase a mi polla y siguiera con la masturbación. La mulata era si cabe, mas cachonda que su amiga y se esforzaba con mi polla mientras se mordía el labio inferior.
Entonces su compañera saco de no se donde un bote de aceite y me echó un buen chorro que embadurnó mi polla completamente. Para mi fue como un soplo de aire fresco, pues ahora las manos de la chica mulata se deslizaban sin impedimento alguno de arriba a abajo por mi pene. Mientras tanto, con la otra mano me acariciaba el culo, lo que provocaba una sensación de desnudo total.

Yo no pregunté y empecé a tocarlas por encima de la ropa. Las toqué las tetas y el culete, mientras que ellas no se oponían en absoluto, ni me censuraron para nada mi actuación.

Las chicas se reían mientras deseosas se disputaban a cada poco tiempo, a quien le tocaba tener la polla entre las manos, y se notaba que estaban disfrutando de lo lindo.

Las dos eran muy sexuales y calientes, pero era la mulata la que tenía mas querencia a tocar mi culo en todas las ocasiones, cuando su compañera tenía mi polla en la mano, y tambien cuando ella misma me pajeaba.

Llegó el momento en el que ya no pude mas y las avisé, «me voy a correr». Se miraron, rieron y la pequeña dijo: «Lo ves: si es que es todo un caballero, ja, ja.»

Exploté en uno de los mejores orgasmos de mi vida, mientras en ese momento era la mulata la que manejaba mi polla. La eyaculación cayó casi en su totalidad en el suelo y tambien en buena parte sobre mi vientre, mientras la chica seguía moviéndome la piel cuidadosamente y cada vez mas despacio.

Cuando notó que mi polla empezaba a aflojar entre su mano, se detuvo y dijo: «Bueno, pues yo creo que ya está, ja, ja» y me soltó mientras se acercaba y me dio un beso muy suave en los labios.
Con el beso, creo que mi polla creció otra vez, aunque lógicamente sin llegar a la erección total.

La jovencita miró por la rendija de la puerta como asegurándose de que no habia nadie y dijo: «Anda, ve a ducharte, que de esto ya nos encargamos nosotras» y me dio una palmadita cariñosa en el culo.

Despues de correrme, la sensación de desnudo era mucho mayor que antes, y se acompañaba además con un sentimiento de vergüenza. Tenía que caminar completamente en pelotas, y recién corrido hasta las duchas, algo que a la jovencita parecía encantarle. Estaba claro que a parte de calentorra, tenía una tendencia de dominante que no había imaginado y le excitaba ese ligero jueguecito con un toque se sometimiento. Por otra parte a mi tambien me excitaba que ella correctamente vestida me enviase a limpiarme, es mas, me hubiese gustado que me llevara de la mano como hizo cuando me condujo hasta el cuartito en el que me pajearon.

Avergonzado y excitado, me fuí hasta la ducha y me lavé los restos de mi corrida que habían quedado sobre mi vientre.
Tardé poco y empapado salí de la ducha y sin nada con lo que cubrirme me dirigí hacia mi taquilla. Al llegar, las chicas se encontraban por alli, despues de haber limpiado mi corrida del cuarto de los rayos UVA.

Cuando estaba llegando, la pequeña dijo: «ay! ven, anda que te doy algo para que te seques» y me cubrió con una toalla por los hombros, mientras ella con otra me ayudaba a secarme el cuerpo. Entretanto, su compañera fregaba por la zona de la entrada para poder avisar si venía alguien.

Ahí, me quedó mas claro todavía que la chica era una dómina en toda regla.

Se preocupó de secarme a fondo metiendo bien sus manos y la toalla entre mis huevos y mi culo, y con una palmadita en el culo me dijo: «Bueno, ya está» Mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción y empecé a vestirme.

Entonces le dije: «Bueno que, ¿Repetiremos?» Y ella contestó «No lo dudes».
Yo: «Ya, pero podríamos equilibrar un poco la balanza ¿no?» Dándole a entender que la próxima vez ella se quitara algo de ropa tambien.
Ella: «Ahhh no! Eso no. Repetir, si quieres repetimos, pero yo no me puedo despelotar aquí, este es mi trabajo y es el vestuario de hombres» «Además, cada uno tiene su rol en esto. Yo estoy limpiando y tu eres el que te tienes que duchar despues de haber hecho deporte» » Si quieres, yo andaré por aquí sobre las 13:00 todos los días» «Tu solo muéstrate como hoy y te prometo alguna sorpresa mas…..»

CONTINUARA.

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