CUIDANDO A UN DEPRAVADO

Me llamo Natalia. La semana pasada cumplí 18 años.
Soy bonita de cara, tengo el cabello pelirrojo bastante largo y algo ondulado.
Ojos grandes verdes y algunas pecas.
Mi cuerpo no es asombroso como el de algunas compañeras de colegio.
Soy bastante menuda de arriba, con pechos pequeños.
Mi cola es mediana, pero bien redonda y parada, que se marca bien por el tipo de ropa que me gusta usar, y buenas piernas.
Soy callada y tímida. Pero principalmente demasiado inocente.
Por mi cara y mi manera de ser todos coinciden que parezco una chica de 15 años.
Soy hija única, pues luego de que me tuvo mamá no pudo tener mas hijos.
Mis padres me cuidan como si fuera un tesoro al que hubiera que tener guardado.
Eso me llevó a ser virgen, conociendo casi nada sobre el sexo, y a nunca haber salido con un chico.
En los pocos bailes que estuve estaban ellos mirando y custodiándome, hasta en los cumpleaños ellos encontraban cualquier excusa para quedarse.
Lo peor de todo esto es que yo estaba acostumbrada a esta vida y no sé si resignada o cómoda no me revelé jamás.
Tenía dos amigas (Por supuesto luego de haber pasado por la aprobación de ellos), que eran como yo.
Las tres éramos las mejores de la clase, y no sabíamos lo que era llevarse alguna materia.
Tengo una abuela ,por parte de mi mamá, que vive en el interior.
Tiene una casa en las afueras de un pueblo, y ella ayuda mucho a mis viejos pues al morir mi abuelo le dejó mucha plata que tenía guardada permitíendole a ella girar dinero seguido,pues mis padres están pasando un momento bastante bravo.
Es por eso que mi viejo la banca, pues nunca le gustó.
Mi abuela le escribió la semana pasada a mis padres diciéndoles que le gustaría mucho que yo vaya a pasar las vacaciones de invierno con ella, pues sólo me conocía por fotos.
Como sólo faltaba una semana para las vacaciones, mis viejos estaban como locos pensando que no estarían a mi lado por quince días.
Pero el temor a que mi abuela se enojara y cortara los víveres fue mayor y a regañadientes aceptaron.
Ese sábado me llevaron a la terminal de micros,poniendo cara de alivio al ver que mi compañera de asiento era una anciana.
El viaje fue larguísimo y terriblemente aburrido pues la anciana de mi lado solo dormía.
Luego de lo que pareció interminable, llegamos.
Cuando bajé con mi valija pesada, una mujer vino hacia mí gritando “Naty.Naty.”
Era mi abuela que parecía mucho mas vieja de lo que era.
Me abrazó y me besaba, sin darse cuenta que no me dejaba apoyar la valija que ya no podía sostener.
“¡Que grande que estás y que bonita!”, repetía mientras por fin me ayudó con el armatoste.
Subimos a una camioneta destartalada y yo pensaba como manejaría a esa edad y en esa coctelera.
Andaba despacio, y mientras conducía con la vista clavada adelante me dijo.
“Ahora vamos a comprar alimentos en el pueblo y después vamos a casa para que descanses”.
Llegamos a un almacén, donde nos atendió una mujer de unos treinta años que me miraba extrañada.
Luego de comprar enfilamos para la casa de mi abuela que estaba en las afueras.
Llegamos y me encontré con una casa vieja. Afuera, lo que creo sería la granja había gran cantidad de gallina, patos y toda clase de aves.
Entramos y me llevó a una pieza que tenía el techo altísimo, era grande , con una cama, mesa de luz, ropero y dos sillas, y estaba limpia.
Me dijo que descanse a lo que yo accedí pues estaba cansada, y dormí casi tres horas.
Pasaron dos días donde yo alternaba arreglando la casa, tomando mate, tomando sol, caminando por la granja y leyendo, pues no tenía televisión.
Bastante monótono todo,sin imaginarme en lo más mínimo que se acercaba lo peor.
Al día siguiente, y mientras tomábamos mate, mi abuela me dijo.
“Naty, te vas a aburrir pasando así los días que quedan que son muchos.Te propongo algo.
Yo sé que vos sos muy buena niña y a unos pocos kilómetros de aquí está la granja de Don Alberto.Es un hombre que está en cama hace mucho.Yo voy cada tanto a limpiarle la casa y a cuidarlo, pero como soy vieja me cuesta mucho.Si vos estos días que quedan a cuidarlo yo te doy unos pesos y vas a hacer algo. Yo igual te veo día por medio allá.”
Yo pensando que no podía ser más aburrido que esto, acepté.
A ella le brillaban los ojos, y contenta me dijo”Gracias Naty, sos muy buena. Ahora te llevo al pueblo para que compres las cosas para llevarle, mientras yo voy a avisarle a él”
Subimos raudamente a la camioneta y me dejó en el almacén.
Había echo una larga lista que yo le dí a la almacenera. Ella preparó todo y cuando terminó se puso a hablar conmigo.
Al rato de que ella me interrogara sobre cómo era la capital, le comenté que iba a cuidar a ese tal Don Alberto.
Me miró fijo,borrándosele la sonrisa que tenía hasta allí y me dijo acercándome su cara “Tené mucho cuidado hija,esto que te digo no se lo digas a nadie.Cuidate de ese viejo maldito porque nadie en el pueblo lo soporta.Ese viejo tiene una hipoteca de la casa de tu abuela y la tiene a su lado casi de prepo como una sirvienta.Pero lo peor que una niña comentó que el viejo es un depravado de mierda. De los que no hay, morboso, asqueroso,inmundo, y muchísimas cosas.No me extraña que te pidiera a tu abuela porque la tiene totalmente dominada.”
Yo escuché todo eso y me asusté, pero antes de llegar a preguntar algo llegó mi abuela.
Pagó y mientras nos retirábamos, yo miré a la almacenera que me miraba con lástima.
Fuimos a la casa de la abuela en silencio, y cuando llegamos ella como presintiendo me dijo “¿Te dijo algo la tarada del almacén,le dijiste algo de Don Alberto?”. Yo le dije inocente que sí.
“Ya me parecía. Mirá esa estúpida habla mal de todos porque el marido la plantó por otra.Yo no le voy a comprar mas a ella. Como está resentida tira mierda a todos.”.
Yo y una vez mas brotándome esa inocencia maldita que tengo le creí y asentí.
Al otro día, mi abuela me despertó temprano, y para mi asombro comenzó a revolver mi valija. Sacó un vestidito negro que miró y enseguida aprobó. Era muy corto y yo lo había llevado por si iba a alguna fiesta. Siguió revolviendo y sacó un par de zapatos negros con tacos medianos, y luego puso arriba de la cama toda la ropa interior que encontró.
“Ay estas chicas de hoy.Que bombachitas tan chiquitas que usan” dijo mientras separó una diminuta tanga blanca y el corpiño haciendo juego.
“Tenés que estar presentable Naty, bien vestida, porque la primera impresión es la que vale”, dijo dándome la ropa seleccionada.
Fui al baño, me duché, me vestí y cuando salí ella ya había preparado un bolso no sé con que ropa adentro.
“Te queda hermoso, como sobresalen tu pelo y tus ojos con el negro” dijo, omitiendo decir que si me agachaba un poco se me veía el culo.
Salimos, y luego de media hora llegamos a la casa del tipo.
La casa estaba en medio de la nada. Hasta donde daba la vista no se veía ninguna otra señal de vida.
Había dos perros chicos que ni levantaron la vista cuando llegamos.
La casa era viejísima y parecía que desde que se construyó jamás había sido arreglada ni pintada.
Lo que me extrañó era que todas las persianas estaban cerradas.
Entramos a lo que se podría decir era el comedor.
Era muy grande, con una estufa de leña en un rincón, y muebles viejísimos.
Mi abuela prendió dos lámparas tenues que colgaban porque estaba todo oscuro.
“¿Por qué no abre las persianas?” pregunté.
“Porque a Don Alberto le hace muy mal la luz”, me contesto ella.
Seguimos caminando por un pasillo oscuro hasta ver una una luz roja que salía de una pieza.
Entramos, y vi al viejo acostado en una cama matrimonial que parecía que se caía, una escupidera al lado de la cama, una mesa de luz con el velador viejo que tenía la lámpara roja, una silla desvencijada y un ropero chico con la puerta ladeada.
Sobre la cama estaba él.
Estaba tapado con una frazada hasta el pecho. Era pelado con pelos bastantes largos a los costados, flaco pero parecía alto y unos ojos que le brillaban bien abiertos que supuse eran al verme.
Tendría unos 60 años, y tenía una barba de unos 15 días sin afeitarse.
Se sentó en la cama, y me dijo “Hola hija, vos debés ser Natalia. Que linda que sos. Tu abuela me habló mucho de vos y yo deseaba conocerte.Te prometo que vamos a pasar unos días hermosos que no vas a olvidar”, dijo mientras con los ojos abiertísimos me miraba de arriba a bajo dándome una sensación desagradable.
Mi abuela me hizo señas que entendí y me puse a su lado y le dí un beso en la mejilla, notando que levemente él respiraba fuerte, como jadeando.
“Andá un poquito al comedor Naty, que yo hablo unas cosas con Don Alberto y voy a decirte lo que tenés que hacer.
Salí y tras de mí mi abuela cerró la puerta de la pieza quedando encerrada con el viejo.
Me quedé parada en el pasillo oscuro, y como al pasar escuché que la abuela le decía “Despacio viejo de mierda que es chica y nunca tuvo a ninguno”.
“Andate vieja chota,dejame con ella.Te la voy a devolver como se me ocurra”, contestó
Yo como siempre en un mundo irreal, ni siquiera pensé algo.
Cuando mi abuela salió me encontró parada en el comedor mirando todo.
“Bueno Naty, yo me voy. Andá a la pieza y limpiá.Quedate con él por si necesita algo.Pasado mañana vuelvo a ver como está todo. Suerte.”
Me dio un beso y se marchó, cerrando yo la puerta con llave tras ella.
Fui a la pieza y le pregunté donde estaba el escobillón para barrer.
Me dijo en el baño sin quitarme los ojos de encima.
Fui al baño que estaba enfrente, entré, prendí la luz y vi una escoba y una pala. Por supuesto el baño también era viejo y bastante sucio.
Voví a la pieza y comencé a barrer.
Permenentemente sentía sus ojos clavados en mí.
“¿Cuántos años tenés?”, preguntó de golpe.
“Dieciocho” le dije.
“Pareces mas chiquita”; dijo, algo que ya había escuchado de todo el mundo.
Mientras barría comenzamos a hablar para entrar en confianza.
Hasta que me dijo “¿Me ayudás a ir al baño?. Vos parate aquí al lado y yo me apoyo en tus hombros y así llego”.
Me paré donde dijo, de espalda a él, y ví que se levantaba bastante ágilmente. Puso su brazo sobre mi hombro y caminaba a mi lado.
A mitad de camino, haciéndose el que tenía mucha dificultad para desplazarse, puso la mano del brazo con que me abrazaba totalmente abierta sobre mi tetita.
Yo no dije nada.
No solo la siguió dejando allí sinó que apretó mi teta un poco fuerte.
Disimuladamente le agarré la mano y la corrí.
Sin decir nada la volvió a poner sobre el hombro.
Lo dejé parado de espaldas al inodoro y salí a esperarlo en el pasillo.
Por los ruidos que hacía sin disimulo, sabía que estaba evacuando.Al principio me dio un poco de asco, pero pensé que cuidar a alguien parcialmente imposibilitado era así.
Tiró la cadena y escuché decirme “Ya está”.
Volvimos y nuevamente en el camino puso su mano y apretó mi teta.
La volví a correr,pero el me dijo “Por favor dejala alli que estoy más cómodo sino me voy a caer”, a lo cual como una boluda que soy accedí.
Mientras caminábamos, la mano comenzó a masajear mi pequeño pecho lo que en el fondo me dio una sensación especial.
Cuando llegamos a la cama él se colocó de espalda a ésta y yo de frente a él.
Se sentó bruscamente dejándose caer, y sus manos corrieron para debajo de mi espalda donde me tenía agarrada, ubicándose de lleno en mi culo.
Apretó un poco mis nalgas y en seguida como no dejando que reaccione las sacó.
Se acostó y me pidió que le alcance el pañuelo que estaba en el piso.
Yo sabía que al agacharme, el vestido se levantaría quedando mi culito, sólo cubierto por la tanga apuntándolo. Pero no había otra manera de hacerlo.
Me agaché y escuché su suspiro. Me levanté enseguida y le dí el pañuelo.
Llegó la noche, y comenzó a llover a cántaros.
Le dí unas milanesas que había dejado mi abuela y yo comí en la silla a su lado.
“¿Dónde voy a dormir?”, le pregunté una vez que terminamos de comer.
“Mirá en el comedor se llueve, así que poné en el piso un colchón que hay en el ropero ponele las sábanas que están allí mismo y acostate aquí que es grande las pieza. Aparte te tengo cerca por si necesito algo.”, contestó.
Yo jamás había dormido en el piso, pero en donde estaba no había otra alternativa, salvo en su cama, cosa que no haría jamás.
Fui al baño con el bolso a cambiarme.
Mi abuela solo había colocado un camisón cortito que a trasluz se trasparentaba.
Busqué y al no encontrar otra cosa me lo puse.
Entré a la pieza y él se movió en la cama al verme, viendo yo que por debajo de la frazada tenía las dos manos en la entrepierna.
Me acosté contra una pared al lado de la cama de él.
Giró para el lado donde yo estaba quedando de costado mirándome.
Yo lo miré desde el colchón y él se rió, y yo le devolví la sonrisa.
No pasaron diez minutos y él siempre con la mano en su parte íntima bajo la frazada me dijo “Naty, por favor hija, ayudame a hacer pis”.
Me levanté y sin saber que hacer me coloqué a su lado.
Se sentó, y me dijo “Agarrá la escupidera que yo voy a sacar mi pitito y hago enseguida”
Yo presintiendo algo que iba a pasar, tomé la escupidera.
Se sacó la sábana y la frazada juntas tirándola hacia sus pies. Ví bajo su pantalones pijama un gran bulto moviéndose.
Se bajó los pantalones y el calzoncillo junto y salió su pito como con un resorte afuera.
Yo lo miré asombrada y asustada porque si bien no era extremadamente largo aunque muy respetable era terriblemente grueso, rojo ,y con una hinchada cabeza.
Me miró, mientras yo seguía boquiabierta mirando eso como hipnotizada.
Me dijo “No te asustes linda, está un poco excitado porque hace mucho que no ve a alguien tan lindo como vos ,entonces se pone así y yo no lo puedo contener. Agarralo un poquito sin vergüenza a ver si mientras tengo yo la escupidera lo ponemos para que orine.”
Yo estaba absorta, pero reconozco, que como nunca había visto uno, y pensando que eran mucho mas chicos que ese, me agarró cierto calor en mi vagina.
Lo tomé con dos dedos diciéndome él enseguida entrando en jadeo “Así no mi amor con toda la mano y apretalo un poco para bajarlo hacia la escupidera.”.
Lo agarré y la mano estaba lejos de cerrarse sobre el pene de tan grueso que era.
El viejo echó su cabeza para atrás y pegó un pequeño grito.
Se volvió a incorporar , me sacó la escupidera de la mano tirándola a un costado, me tomó con sus manos la cara acercándola a él, y estampó sus labios abiertos sobre los míos.
Yo instintivamente abrí mis labios estrechándonos en un apasionado beso.
Mientras movía su lengua toda metida dentro de mi boca junto a mi lengua, llevó sus manos para debajo de mi cuerpo, me levantó bien el camisón que ya estaba bastante levantado al estar yo inclinada sobre él, y comenzó a manosear mi vagina y mi ano por sobre la tanga fuertemente.
Yo comencé a jadear y a mojarme toda abajo y él me dijo “Seguí con la pija en la mano pajeándola. Apretala bien chiquita. Como a un muñeco que va a ser tu nuevo amigo. Hoy la vas a saborear con tu boca y mañana y pasado la vas a tener en tus agujeros, uno por día para aprovechar bien cada uno, pero hoy la favorecida es tu boquita. Besame mucho Naty que te van a encantar estos días”.
Yo le apreté bien la pija con la mano, ya presa de la calentura,y le ofrecí mi boca abierta a la que él enseguida se comió.
Siempre con la tanga puesta él seguía manoseándome ambos agujeros, corriendo la bombachita un poco comenzó a meterme los dedos adentro.
Yo sentía que explotaba, jadeaba como loca ante esta experiencia, y como impulsada por algo, bajé mi cabeza y comencé a besar y a pasarle la lengua por la pija sabiendo que no entraría en mi boca.
El viejo tenía agarrada mi cabeza mientras tenía la suya tirada para atrás y no paraba de gritar.
Pasó un largo rato, y mientras yo seguía lamiendo ese gran nuevo juguete al tiempo que con la mano lo pajeaba él me dijo “Ya voy linda,por favor, poné tu boca en la boca de la pija y verás que rica bebida vas a tomar”.
Yo abrí la boca justo que salía un terrible chorro que se me introdujo hasta la garganta tragándolo.
El gritaba como loco mientras llevaba mi boca a pegarse contra la boca de la pija para que todo entre dentro de mí.
Cuando acabó me dijo que con la lengua le limpie toda la cabeza del pene, lo que cumplí chupando el líquido que allí había
Agarrándome de los brazos puso mi cara frente a la de él y nos besamos un buen rato.
Luego me dijo “Muy bien chiquilina,muy bien. Tenés en tu pancita toda mi leche. Ahora no hagamos mas nada hasta mañana a la noche, porque yo estoy viejito y me quiero recuperar muy bien para hacerte cada agujerito.”
Fui al baño a limpiarme y hacer pis, volví, me acosté en el colchón,el apagó la luz y nos dormimos.
Me desperté como a las diez,y seguía lloviendo fuerte. El viejo estaba despierto mirándome, y cuando vió que abrí los ojos me dijo “Buenos días cariño, ¿Te gustó lo de anoche?” me preguntó.
“Si” le contesté con algo de vergüenza.
“Bueno, hoy y mañana va a ser mucho mas lindo, vas a ver”, dijo él.
Pasó el día y yo arreglé bien el comedor limpiando todo, le pasé un trapo y acomodé los muebles.
Estando en la pieza le dije “¿Puedo abrir un poco la persiana?”.
“Bueno, pero un poco, porque tengo un problema en al vista que me hace mal mucha luz” me contestó.
Limpié bien todo mientras él me miraba. Lo acompañé al baño y llegó la noche.
Terminamos de cenar, charlamos sobre mí un rato y me dijo “ Bueno, ahora andá al bañito, hacé tus cositas, y ponete algo muy chiquito para calentarme bien a pesar que la tengo recontraparada, y vení a acostarte con el nono”, dijo riéndose.
Fui al baño, hice todo, y me puse una tanga negra muy chiquita, no me puse corpiño y volví a la pieza.
Cuando entré el viejo se puso loco cuando me vió. Tiró de un saque frazada con sábana al piso quedando totalmente desnudo con el palo que estaba como un fierro de lo duro y golpeando para adelante y atrás.
Me acosté a su lado,y él enseguida giró hacia mí apoyándome la pijota en la vagina y mientras me basaba en la boca me decía “Decime nonito,nono chiquita , que me vuelve loco si me decís así. Abrime un poquito las piernitas así te toco bien la conchita que hoy le toca a ella. Vas a empezar a ser mujercita después que la abramos bien y nunca vas e tenerle miedo a los hombres después que quedes bien abiertita mi nenita hermosa”, y me besaba frenéticamente los pechos mientras con su mano franeleaba mi conchita por arriba de la tanguita..
Estaba como loco, cada tanto alzaba la cabeza y lanzaba un grito para arriba y se volvía a zambullir en mis pezones frotando su mano enérgicamente por mi chocha.
Yo también ya estaba excitada. Lo tenía agarrado por la espalda y gemía mojándome toda abajo.
Al rato comenzó a bajarme la bombacha, yo me levanté un poco para facilitarle el trabajo y me la saqué.
Balbuceando me dijo “Ponete de rodilla con las piernas abiertas sobre mi cabeza así te la chupo un ratito”.
Me coloqué como dijo, él con las dos manos me tomó de la cintura aplastando mi chocha contra su cara y empezó a meterme la lengua y a chupar.
Me volvió loca y empecé a moverme por instinto hacia delante y atrás rapidamente a lo que él acompañaba con sus manos en mi cintura.
Al rato y mientras yo gemía en cada movimiento que hacía, me levantó diciéndome “Ya estás a punto,calentita y bien lubricada ahora acostate boca arriba con las piernas bien abiertas que me pongo sobre vos”.
Me acosté y cuando lo tuve arriba mio, lo agarré de la cara le dí un buen beso de lengua y le dije con un poco de miedo “Nonito,no me hagas doler mucho por favor, porque es muy grueso tu pito, y estoy seguro que va doler.”.
“Nena,quedate tranquilita,que despacito voy a esconder todo el choto dentro de tu conchita tanto que se van a ver sólo los huevos.Ahora vamos a empezar que estoy muy caliente.”
Le dio un beso de lengua largo y comenzó a meter la cabeza.
Yo le apretë fuertemente la espalda, y gritó con lágrimas en los ojos cuando la cabeza del choto,con gran esfuerzo doblegó a los labios de la vagina penetrando.
“Bueno chiquita, ya está,ya pasó. Lo que pasa es que la conchita no quiere abrirse para recibirme, pero ya pasó. Ahora despacito la vamos metiendo toda adentro hasta que los huevitos toquen los cachetes de la cola.”. dijo el viejo mientras seguía empujando un poco mas fuerte tratando de romper la resistencia que mi vagina oponía ante algo tan grueso.
Yo seguía sufriendo y le dije teniéndolo aferrado de la espalda”Me duele muchísimo nonito,siento como que me estoy inflando y voy a explotar, por favor nonito,sacámela,por favor.”.
El viejo empujando y llegando a meterla toda adentro me susurro paternalmente “Ya está mi vida, ya entró, si la saco ahora es peor. Yo te la dejo así toda clavadita un ratito para que acostumbres, y nos empezamos a mover.”, viendo en mi cara todas las muecas de un dolor insoportable y mojada de lágrimas.
Esperó un ratito con la pija toda metida dentro de mi conchita , y despacio la empezó a correr para atrás para comenzar el bombeo.
La pija comenzó a entrar y salir creciendo de a poco el ritmo. Yo seguía llorando,pidiendo parar este movimento que me estaba lastimando.
El viejo continuaba el ritmo acelerando, sintiendo como mi vagina pujaba para afuera tratando de liberarse del invasor.
Continuó metiendo y sacando pero ahora encontrando la pija mas facilidad de movimiento al lubricarse y expandirse las paredes vaginales.
Comenzó a bombearme mucho mas rápido ante la aceptación vaginal, gritando en mi oído ante cada empujón.
Yo, ahora más aliviada,comenzé a conocer el placer y soltándolo de la espalda lo tomë de los cachetes del culo al viejo y lo empujaba contra mi diciéndole “Ahora sí nonito, dale adentro por favor, dale”.
El viejo paró el ritmo y sacándola casi toda empujaba de vuelta hasta el fondo con muchísima fuerza,sintiendo en mi interior como una explosión ante cada embate.
No sé cuanto estuvimos así, pero fue un largo rato, hasta que me la enterró toda hasta el fondo, gimió fuerte y sentí llenarme por dentro con su semen.
No dimos un gran beso y despacio la sacó.
Me fui al baño a lavar y vi que de mi concha salía semen y un poco de sangre, dándome cuenta que había sido desvirgada.
Volví y me dijo que me acueste a su lado. Lo hice a su lado pasándole mi brazo por su pecho y apoyando mi cabeza sobre él.
Estuvimos como media hora en silencio descanso, hasta que vi que la pija hacía nuevamente movimientos preparatorios.
La tomé con mi mano y la empecé a pajear viendo que reaccionaba y comenzaba a endurecerse.
Me dijo bajito al oído “Subite vos ahora sobre mí y clavate vos misma.”.
Me subí arriba de él con las piernas bien abiertas, tomé el choto con la mano y lo apoyé en la entrada de mi concha..
Comencé a presionar mi cadera para abajo, y sentí nuevamente gran dolor cuando la cabeza de la pija empezó a entrar. Hice un ruido quejándome con la boca, pero seguí.
El viejo me tomó con sus manos de la cintura y empujó fuerte con su cadera para arriba empalándome toda.
Luego que pasó un gran dolor empecé a subir y bajar lentamente,mientras él me acompañaba con su cadera.
Al rato lo estaba cabalgando rápido sintiendo con placer como su pija la rompía por dentro y admirándome haberme comido con mi concha algo de semejante grosor.
Estuve casi 45 minutos subiendo y bajando, con mi cuerpo tirado sobre su pecho mientras lo besaba y gemía, hasta que él me retuvo abajo, gimió y volvió a llenarme de su leche.
Lentamente empecé a sacármela de adentro para que me duela menos la cabeza y me volqué a su lado.
“Hermoso chiquita, fue hermoso.Ya estás echa una mujer.Ahora lavate y acostate en tu colchón porque si te tengo a mi lado me me voy a reponer y mañana,es el día de ese culito durito que tenés”,dijo mientras me besaba.
Al otro día vino mi abuela con provisiones.
Al verme,en seguida se dio cuenta de mi cambio, me besó y me preguntó “¿Estás bien?”.
“Si” le contesté.
Mientras caminaba a la pieza me dijo “Quedate en el comedor que hablo con Don Alberto y vengo”, entró en la pieza y cerró la puerta.
Yo, curiosa, fui tras ella y me paré en el pasillo.
Mi abuela le dijo “Ya la rompiste, se le nota.¿le dolió mucho?, ¿qué sigue?.”.
El viejo contestó “Le dolió,sí pero se sabía. Hoy le toca al culo y eso sí que va a ser bavo”
Ella le dijo “Sí, lo tiene muy cerrado se ve,va a ser muy jodido,se va a mover mucho. ¿ querés que me quede para ayudarte?”
“Si, mejor porque el primer polvo va a llevar mucho. En el agujerito que tiene casi no entra mi dedo, cuando se empieze a abrir no la voy a poder tener. Quedate.”.
Fui al comedor con miedo,pero el placer que viví anoche me decía que todo saldría bien.
Vino mi abuela y me dijo “Mirá Naty,yo sé todo lo que pasó adentro de esa pieza, es más yo lo busqué. No quería que te abran pendejitos que te dejan marcas en la primera vez. Tenía que ser alguien con mucha experiencia, un gran pene, y con muchos días para dejarte preparada para afrontar la vida sexual.Cuando te vuelvas a la capital vas a ser toda una mujer.Por eso esta noche voy a quedarme porque la cola es muy difícil con un miembro tan grueso como el de él .Pero hay que hacerla y muy bien y él sabe.No te sientas con vergüenza,actuá como anoche,como si yo no estuviera, y va a salir todo bien”
Yo la escuché atentamente, y no sabía si estaba loca o convencida de lo que decía, pero no tenía ganas de preguntar nada.
Sabía que me había entregado al viejo, pero no sentía nada para reprocharle, al contrario.
Le dije que sí y no hablé mas.
Llegó la noche y mi abuela dijo “Mejor no comas nada para no estar llena.Mañana Cuando te levantes desayuná bien”, como preparando una ceremonia.
Ellos comieron poco en la pieza mientras yo me quedé en el comedor.
Al rato vino mi abuela y sacando una jeringa de su cartera me dijo “Le voy a poner esta inyección en su pene que me trajeron de la capital para que se le quede parada mucho tiempo y no acabe rápido”, y volvió a la pieza.
Este rito me daba miedo pero mi excitación crecía y ya extrañaba lo de anoche.
Sentí un grito del viejo, y al rato volvió mi abuela y se sentó conmigo.
Dentro de 15 minutos tiene que hacerle efecto dijo mientras sacaba un cigarrillo invitándome, cosa que no acepté porque no fumo.
Estuvimos los 15 minutos en silencio, miró el reloj , esperó un ratito mas y fue a la pieza.
Los escuché que hablaban y al rato volvió a aparecer ella.
“Bueno, preparate que la tiene como un fierro.Me dijo que te vistas como anoche, sólo con la bombacha.Fuí al baño, hice todo y me puse una tanga rosa y salí a la pieza.
El volvió a suspirar cuando me vió así y me hizo señas para que me acueste a su lado, mientras mi abuela salía diciendo “Llamame Alberto cuando empiecen.”
Me acosté junto a él y comenzamos a besarnos mezclando nuestras lenguas.
Me tocaba frenéticamente el culo con las dos manos diciéndome terriblemente excitado “Es hermoso tu culito, es un sueño, vamos a tener mucho laburo pero lo vamos a abrir bien vas a ver”.
Yo le agarré la pija con la mano,y la sentí durísima, mucho mas que anoche y hasta mas gruesa, debería ser por la inyección, pero me dio temor y le dije “Nonino, hoy tu pito está terrible, me va a doler muchísimo, no va a entrar por ahí, tené muchísimo cuidado”.
Quedate tranquila, va a entrar todo” me contestó mientras me besaba con grandes y fuertes chupones el cuello y comenzaba a bajarme la bombacha.
Cuando la tanga estaba debajo de los cachetes gritó “Vieja vení que no puedo mas”.
Mi abuela entró mientras yo me terminaba de sacar la bombacha.
Empezaron a hablar.
“Va a ser mejor de costado, va a estar mas trabada.”, dijo él.
“Y sí, el agujero no va a estar bien abierto pero vas a poder trabajar mejor” asintió ella.
Me colocaron de costado sobre uno de mis hombros y con la pierna que quedaba arriba doblada bien adelante y mi abuela me puso en el agujero bastante crema que tenía en la mano y al choto de él lo embadurnó todo.
Se puso de rodillas en el piso con su cara frente a la mia , se levantó las mangas de una espacie de chomba que tenía puesta, me tomó con una mano la pierna que estaba doblada hacia delante y con la otra mano me tomó la mía.
Sentí que el viejo se estaba acomodando tras de mí, me toco con un dedo el agujero del culo y le dijo “Tenela fuerte que empiezo”.
Sentí que la cabeza se apoyaba en la entrada de mi ano y el desastre.
La cabeza empezó a hacer presión contra el agujero para que éste cediera, pero el agujero se resistía con fuerza a ser roto.
El viejo aumentó la fuerza y la cabeza pidió paso.
En el instante que el agujero comenzó a abrirse lentamente, sentí un dolor tan agudo que me ahogaba y una puntada que llegó al estómago. Solté un grito pasmoso y ahogado, mientras buscaba moverme para parar eso.
Mi abuela me apretó fuerte la pierna y la mano mientras decía “Ya chiquita, ya , quietita, quietita. Seguí muy despacio Alberto.”.
La cabeza abría entrado la mitad, cuando con mi culo hice fuerza para afuera sacándola.
“No, la sacó, está muy jodido esto”,
Mi abuela me habló dulcemente,mientras yo lloraba sin voz.
“Naty, no hagas fuerza para afuera querida, recibilo relajadita, respirando hondo, y metiendo el culo para adentro para ayudarlo a entrar. Vamos chiquita que va de nuevo.Alberto, no le aflojes porque la va a escupir toda la noche”.
La cabeza volvió a apoyarse en el agujero y volvió a la carga.
Esta vez con mas fuerza lo volvió a abrir comenzando a hacer camino.
Grité como pude mientras trataba de mover mis piernas sujetas, me doblaba del dolor.
Era algo terrible. El culo se abría cada vez mas, vencido por la presión y la cabeza logró su objetivo.
Estaba dentro mio mientras las paredes del agujero la envolvían terriblemente abiertas,y la cabeza siguió adelante.
Sentía que me estallaba todo atrás, lloraba sin parar mojando el colchón, quería como sea que eso salga de ahí y traté de empujar como antes pero estaba muy adentro como para volver a salir, y la cabeza seguía penetrando creyendo que me reventaba por dentro.
Pegué otro infernal grito, y como pude dije “Basta, basta, me duele terriblemente, no aguanto mas, no empujes mas por Dios, basta sacala te lo ruego.”.
El viejo fue quien contestó jadeando y con voz de estar haciendo fuerza él tambien para destruir la resistencia de mi culo “No ahora jamás , está entrando toda.Aguantá, aguantá que falta poco y llego al fondo.Aflojate que tengo que hacer mucha fuerza porque estás empujando para afuera y te va a doler mas.”
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, aflojé y metí el culo para adentro.
Ahí mi culo se comió la pija que enseguida se metió toda.
Parecía que me tocó el estómago y el dolor fue tan agudo que solté otro alarido.
Bueno ya está toda adentro, parecía que no entraría nunca.”, dijo el viejo dejando su choto inmóvil empalándome.
“Bien Naty, ya está lo peor, ahora despacito tu culito se va a costumbrar a su amiguito nuevo y se va a dilatar bien”,dijo mi abuela suspirando.
Estuvo un rato la pija quieta toda adentro de mi culo mientras yo estaba como sin aire.
Después sentí que se retiraba un poco para empezar el movimiento.
Iba para adentro y afuera al principio muy lento, pero luego empezó a tomar velocidad.
Sentía el culo tan abierto que creí que lo tenía todo desgarrado.
Con el movimiento de pone y saca, las paredes de mi pobrecito culito me causaban un terrible dolor, ahora aumentado por unos fuerte pinchazos que sentía en toda la parte maltrecha.
El viejo me pasó la mano por encima, me agarró una teta, y empezó a jadear en mi nuca con cada empujón, mientras entre cada jadeo decía bajo y casi sin enterdérsele “Así, abrite bien hijo de puta, así abrite carajo.”
Y aumentó considerablemente el ritmo haciendo sonar mis cachetes transpirados cada vez que allí me tocaba.
El culo, ya totalmente abierto, roto,y sin fuerzas se comenzó a adaptar al pene.
Muy lentamente comenzé a jadear y a sacar el culito afuera en cada empujón.
“Ya está, soltala que ya lo rompí, ya se mueve” dijo el viejo continuando con los empujones cada vez mas fuertes.
Mi abuela me soltó con una sonrisa y se paró mirándome como me rompían el orto.
El viejo le daba y le daba como queriendo destrozar mi culo a pijazos, y yo soportando el dolor que seguía siendo intenso encontré su ritmo y comencé a acompañarlo metiendo y sacando el culo para afuera.
El viejo apoyó su mano en mi concha y la manoseaba bien provocándome muchos gemidos.
Apoyé mi mano en su culo y lo empujaba hacia mi.
Estuvo un rato larguísimo bombeándome el culo, hasta que la dejó toda adentro y acabó llenándome toda.
La sacó y con su pija siempre dura por efecto de la inyección se tumbó boca arriba.
Fui al baño, hice todo un poco con sangre, cuando me lavé me impresionó sentir que tenía el culo abiertísimo, todo para afuera.
Volví a la pieza y me acosté a su lado besándolo ya sin mi abuela.
Al rato como la pija seguía dura le dí un beso y me dí vuelta apuntando mi culo hacia él.
Giró y me lo volvió a romper otra hora por lo menos, volvió a acabar ,me volví a limpiar, me acosté y me dormí a su lado.
Así pasaron todos los días hasta que volví a la capital.
Un día pór la chocha y otro por el culo.
Cuando llegó el momento de volverme, lo saludé muy afectuosamente y le prometí que en el verano volvería sin falta.
Llegué a la casa de mis padres desvirgada y rota por todos lados, pero pensando en el verano para ver al viejo depravado que me hizo mujer

MILORD

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