La playa

Los hechos aquí narrados no tienen nada que ver con la realidad, es pura fantasía del autor…(o no?)

La siguiente historia ocurrió durante este verano…

Me encontraba en la playa realizando un trabajo y me contacte con una chica que conocí a través de Internet y la invite a compartir un par de días conmigo, pues hace mucho que deseábamos estar juntos un par de noches… todo resulto bien y nos encontramos en la playa, y en ese cuarto ocurrió lo que te cuento:

La recibí en mi cuarto, me había dado una ducha y me puse unos slip que destacan bien mi sexo, una polera liviana, y prepare un picadillo para comer, champagne helado y mermelada… la luz atenuada para un perfecto contraste.. cuando entro y me vio se encanto del ambiente y colgándose de mi cuello nos besamos larga y tiernamente, mientras sus manos acariciaban mi espalda… bajo a mi trasero y termino acariciando mi pene, ya erecto, sobre el slip y nos dejamos caer sobre la cama sin cesar los besos…

Luego, al separar nuestras bocas, ella destaco el ambiente y me saco primero la polera y luego con delicadeza el slip, disfrutando del espectáculo que le ofrecía mi pene erecto por ella, lo acaricio con suavidad hasta atraparlo entre sus dedos y mirándome a los ojos me pregunto «quieres algo rico», yo le respondí que si y vi como mi pene se perdió dentro su boca en una sucesión de besos, mamadas y chupadas increíbles. Ella no cesaba en su gusto y me devoraba con verdadera pasión. Luego de un delicioso rato y sintiendo que el placer se me venia encima, le advertí para que parara pues quería disfrutar ya de ella.

Nos acomodamos y comencé a desvestirla, quitando su pantalón, luego su blusa, de inmediato comencé a besar sus pechos, pues me encantan, mientras le quitaba el sostén, y ella me abrazaba apretándome contra ella, una vez libres sus pechos y en mis manos, se quito el calzón… su sexo ansioso entonces lo puso sobre mi pene, duro y ansioso también, y con una sonrisa picara me miró y me decía que quería algo rico… entonces levantándose un poco y tomando mi pene en su mano lo apunto a su cuerpo y se penetro suave pero firmemente, perdiéndome dentro de su vagina y sintiendo el calor de su cuerpo que me rodeaba, de inmediato dimos impulso a nuestros deseos y brindándole mi mejor erección ella comenzó a cabalgarme, subiendo y bajando, a veces suavemente para apreciar todo el largo de mi carne entrando en su cuerpo, y otras fuertemente para comer como una golosa insaciable…

Ella no paraba de moverse y agitar su cuerpo ensartado por mi, que no aflojaba mi erección brindándole lo mejor, ella repetía frecuentemente «mmm, rico, ooo, que rico, mi amor, que grande…mmmm es mío, todo mío…» mis manos en tantos no paraban de acariciar sus senos, su cintura, sus caderas, aferrándome a ella para penetrarla lo mas profundamente posible… en estas condiciones gozamos largos minutos, hasta que el orgasmo se hacia llegar… ella estaba extasiada y no cesaba de cabalgar mi pene, que duro y ansioso quería todavía penetrar mas… el primer síntoma del placer lo dio ella, al comenzar a gemir apasionadamente y cargar su sexo fuertemente sobre mi carne dura… en el momento de ver esto puse mi cuerpo entero en sintonía con su placer y expandiendo mi pene dentro de ella pude percibir el momento en que el primer orgasmo estallaba en ella lo que fue una corriente que alcanzo mi miembro y lo arrebato en un orgasmo fuerte dentro de mi amada, las sacudidas venían con f! uerza una tras otras y la descarga de mi semen inundaba su vulva absolutamente húmeda de su propio placer y así mezclamos nuestros orgasmos rindiéndonos de amor en esta primera batalla en una guerra que duraría toda la noche.

Nos rendimos unos instantes, ella sobre mi aún ensartada por mi pene, que no quería bajar pues aun lo mantenía duro y dispuesto… un ratito más y ella se apartó para asearse un poco y limpiarme a mi también, que detalle, reímos un rato, nos besamos mientras nos recuperábamos, y para darle sabor aún mayor comenzamos a leer una historia erótica de un encuentro entre amantes, y nos propusimos ir realizando todas y cada una de la cosas que ahí aparecían… y así lo hicimos…. que noche…

Estas fueron dos noches colmadas de pasión, de sexo, de amor, de comunicación…

Hay hechos que la verdad no recuerdo si ocurrieron en la primera o segunda noche, pues para el caso fue como una sola unión… así que relato otros actos deliciosos y que no importa ya el orden en que ocurrieron:

69

Que ganas de hacer este encuentro, ocurrió así.

Natural, producto del deseo mutuo de satisfacernos, recuerdo que ocurrió mientras nos quitábamos la ropa… ella me había desnudado, estaba tendida en la cama mirando hacia arriba, y yo a su lado le quitaba la ropa, comencé besándola en la boca y luego deslizándome por su cuerpo la besaba en el cuello, en los pechos, su vientre, por su ingle y comencé a quitarle el calzón, mientras lo hacia pensé en besar su vulva de modo tierno para pronto volver sobre ella y penetrarla, sin embargo, al desnudarla percibí ese brillo entre sus piernas y un aroma excitante me sacudió la cabeza en un deseo de comérmela… y así, abrí más sus piernas y comencé a besar con suavidad primero … y otra vez… y entonces mi lengua asomo en forma instintiva a probarla… y al contacto fue delicioso sentir su humedad, su aroma, y comencé a lamerla…penetrando suavemente entre sus pliegues, buscando los rincones de su sexo con pasión… en esta acción unos gemidos de gusto llegaron a mis oídos y miránd! ola de reojo desde mi ubicación la vi entregada de tal manera que pensé que ella también querría sentir y disfrutar conmigo ese momento apasionado… sin demorar acomodo mi posición y al moverme vi que ella abrió sus ojos y notando lo que pasaba y al ver que mi pene se acercaba a ella no demoro y tomándolo en su mano lo acaricio mientras terminaba de acomodarme sobre ella y lo dirigió sin perder tiempo a su boca, donde debía estar, al sentir la tibieza de su boca y lengua saboreando mi pene yo me sumí entre sus piernas y comencé a comérmela… mi lengua la penetraba sintiendo sus sabores, mojando cada pared de su vagina; en tanto mi pene sentía maravillas con la deliciosa mamada que recibía desde el otro lado, que lengua mas suave y dulce me lamía, que labios más apasionados me aprisionaban,; volví entre sus piernas y ayudándome con mis dedos abría su vagina y comencé a atacar directamente su clítoris, que era notorio en su excitación, con mis dedos penetraba en un interior mi! entras con mi lengua agitaba su sexo… mientras mi pene era devorado sin parar…

Así, tras largos minutos de esta apasionada labor en mi cuerpo se hicieron notar los primeros síntomas de un orgasmo que se preparaba a estallar… debo confesar que pensé en estallar ahí, directo en su boca y sentir el placer duro (algún día lo haremos, yo hubiese querido sentir su orgasmo directamente en mi boca)… pero no lo hice pues no la prepare antes como para avisarle…y esta era una ocasión especial… por lo que opte por decirle que quería tomarla… entendió y liberándonos de este 69 me ubique sobre ella, esta vez cara a cara, su cara estaba roja de ganas, con su mano tomo mi pene y lo llevo dentro de ella, y yo la penetre profundamente, entonces comencé a entrar y salir con fuerza y ella se aferraba a mi con sus piernas abiertas dispuestos al placer mutuos… estaba vez mi orgasmo llego primero y estalle dentro de ella empujando firmemente… y unos segundos después ella se libero en un orgasmo muy notorio pues sentí las paredes de su sexo temblar y palpitar sobr! e mi carne…nos besamos extasiados y cansados… rendidos una vez más…

Cambiando recuerdos

La noche era solo para darnos placer, así ocurría, en medio de nuestro encuentro y en un momento de pausa para reponer energías, conversábamos, la música sonaba en la radio en una secuencia de melodías cargadas de recuerdos de años pasados, épocas de juventud en el colegio, romances… ella recostada sobre mi, su cuerpo desnudo aferrado al mio y sus senos acalorados pegados contra mi pecho, hablábamos besándonos, mis manos acariciaban todo lo que podian, sus piernas, sus nalgas, las espalda… llevábamos ya varios minutos así por lo que la energía del sexo ya se recuperaba, entonces de la radio comenzó a sonar una melodía suave de los ’80 que me transportó a una fiesta de liceo, donde con esa melodía pude sacar a bailar y besar a una chica que me gustaba mucho… le hice el comentario a mi amada que respiraba sobre mi, ya con un aire excitado… se quejo de que se estaba poniendo celosa… y yo riéndome le dije que porque no hacía algo que cambiara ese recuerdo de juventud por! algo presente y más fuerte que unos besos nerviosos… su mirada brilló y me preguntó que me gustaría… yo solo le dije lo que desees tu dejarme grabado con esa melodía… otra vez brillo en sus ojos y comenzó a deslizarse por mi cuerpo, bajando con besos que recorrieron mi pecho, mi vientre… su mano entonces se deslizó con suavidad también sobre mi cuerpo y se detuve sobre mi pene, lo tomo entre su mano y mirándome a los ojos me dijo «algo como esto?»… y suavemente comenzó a subir y bajar mi sexo entre su mano, logrando así alcanzar lo que faltaba de erección quedando a punto para lo que venía… Se acomodó de tal forma de que su boca quedo justo sobre el trozo de carne que sostenía entre su mano… y su boca se abrió al acercarse para sentir el calor de su aliento justo sobre mi pene antes de que este fuera cubierto por sus labios y se cerraran a mi alrededor, y así sentir el placer de la penetración en su boca, me deslizo dentro de su boca y luego me saco sin separar ! los labios, dándome una sensación exquisita, su mano aferraba fuertemente la base de mi sexo manteniéndolo así duro y erecto para su juego. Entonces reacomodaste la posición para poder ver lo que hacías… «Quieres ver?» me preguntaste… SII, conteste, y así pude disfrutar la visión de mi sexo entrar en tu boca otra vez… y entonces su lengua comenzó a acariciar mi glande y el placer se hacia delicioso, sin soltarme comenzabas una sucesión de caricias, besos, chupadas, mamadas y todo coronado con el gusto que lo hacías… eras una golosa comiendo un dulce deseado, mi pene era tuyo… tu lengua era fuego alrededor provocándome placer intenso… la melodía terminaba y yo olvidaba el recuerdo de juventud reemplazado por una vivencia sexual intensa… justo entonces me preguntabas si había olvidado el pasado… por supuesto te dije, y ya deseoso de disfrutar de la explosión del orgasmo… te atraje hacia mi para que te montaras sobre mi verga caliente y mojada de tu boca… acom! odaste tu cuerpo, abriste tus piernas de tal manera que tu sexo quedo expuesto a la ansiedad de mi pene…. te toque con mis dedos para verificar lo húmeda y caliente que ya estabas…. querías tanto como yo acabar ese instante… tu mano se deslizo desde entre tus piernas aferrando una vez más mi pene duro y dirigiéndole a la entrada de tu vulva recibi el beso caliente de tus labios vaginales al tocarse con la cabeza de mi carne… estos se abrieron para dejar pasar todo el largo y grueso de mi tronco que penetraba ansioso en tu cuerpo… una vez totalmente dentro me besaste y te levantaste para comenzar la cabalgata… me montaste con ganas a rabiar… y yo te daba toda la dureza de mi cuerpo buscando clavarte lo más profundo posible… mis manos se aferraban de tus senos que se sacudían con cada una de las embestidas dentro de tu cuerpo… esta carga fue salvaje… tu cargabas tu sexo sobre el mío restregándote con pasión descontrolada… mi pene alcanzaba así el máximo de ! contención y se preparaba a estallar… tu acompasada me mirabas como disfrutando del placer que me hacías sentir… eso disfrute, disfrute mucho… me decias… sin poder controlar más la situación mi pene estalló dentro de tu cuerpo… y sentí la explosión de mi semen en tu interior, 5 descargas fuertes… muy fuertes… no pude contener exclamaciones de placer que a ti parecieron fascinarte… a continuación mío pude notar tu excitación rebasada por mi placer y comenzaste a disfrutar tu orgasmo cargando fuertemente tu vulva sobre mi verga, las palpitaciones de tu vagina me alargaron el éxtasis y con un beso enredando nuestras lenguas nos sumimos en el relajo de tan fascinante cambio de recuerdos…. nuestros sexos descansaron en la mezcla de nuestros jugos, en el calor del fuego, en la furia del placer…

Solo mío

Luego de varios encuentros sexuales placenteros… llegó el momento de un debut, ella lo quería y habíamos reservado esta ocasión para hacerlo… LA PENETRACION ANAL.

Tuvimos antes la ocasión de conversarlo y ella estaba deseosa, aunque un poco asustada, por entregarse a mi analmente, pues era algo intacto que tenía y que quiso darme a mi… que privilegio…

Estábamos sobre la cama y yo le sugerí hacerlo ya… y me dijo que bueno… pero con cuidado, que le iba a doler, la tranquilice y le dije que se relajara y se dispusiera… la hice girar y se acostó hacia abajo dejando su trasero libre hacia arriba, en mis manos, en mi poder… yo primero la acaricie y calme con palabras tiernas y agradecidas por lo que me iba a dar… mis dedos hurguetearon entre sus glúteos buscando ese botón cerrado de su ano que iba a tomar, con suavidad metí un dedo para preparar el camino y ver que tan relajada estaba… lo acaricie con suavidad y separando sus piernas mi pene se acerco a un terreno virgen… con una mano abrí sus glúteos mientras con la otra sostenía mi pene, apuntando… entonces toque la entrada de su culito con la cabeza de mi pene y le hice sentir mi calor… desde su vagina tome un poco de sus jugos y luego moje su culito para lubricarla… entonces mi pene comenzó a abrir su camino …

Empuje suave y firme logrando colocar mi glande dentro de su ano… ella deslizo su mano para tocar mi pene y sentir cuanto ya había entrado, al ver que apenas entraba me dijo… «uf, tanto falta…me duele», la tranquilice y cuando relajo empuje con fuerza y logre penetrar toda la cabeza de mi pene en su ano… y ella se quejaba que le dolía, su mano se sostenía en mi pene, como midiendo cuando entraba y cuanto faltaba, yo insistí con nuevo empujón y entre un poco más… mas quejidos de mi amada, estaba nerviosa y siendo fuertemente penetrada por mi… que a decir verdad, tengo un grosor estimable, otro empujón y otro poco adentro, un cuarto de mi estaba ya en su interior y me repetía que le dolía mucho… y quería desistir, pero yo no lo iba a permitir, ya estaba entrando y no saldría sin llegar a la meta, al moverse ella tratando de liberarse yo empuje otro poco y logre poner media verga dentro… y cuando mi mujer palpo mi pene con su mano y vio el avance… exclamó «bueno! , a morir…» y empujo todo su culo sobre mi pene, el que penetro fascinado casi por completo… cuando toco otra vez y vio que aun quedaba un poco afuera le dije… falta algo… y ella quiso dejar hasta ahí la penetración , pero yo la acomode un poco y termine de penetrarla y poseer totalmente ese ano, hasta ahora virgen y ahora solo mío, la disfrute unos instantes más expandiendo mi pene en su interior, ella me decía «no, no, no hagas eso» pero yo me reía y goce de esta posesión como quería.

Con algun esfuerzo pude disfrutar la visión de ver mi pene enterrado entre tus glúteos disfrutando de tu dolor en medio de mi placer, retire un poco para ver salir mi carne desde tu ano estrecho y luego volver sobre ti para penetrarte más profundamente… quiero hacerlo otra vez, mil veces más…

Me encanto lo estrecho de su ano, el calor de su interior, y la fuerza de su entrega al dejarse penetrar, absolutamente…jugué un poco más dentro de ella y me pidió que por favor la dejara descansar… la entendí, así que comencé a salir desde ese rico culito y mire como se deslizó mi pene fuera, aun duro, aún erecto… no la deje descansar y girándola la penetre para descargar mi deseo por ella, ella se entregó abriendo sus piernas para darme todo el placer que quisiera en su sexo, me verga dura abrió camino entre sus pliegues y mirando como mi pene entraba y salía pude extasiarme en un orgasmo exquisito.

Esos glúteos, con ese hoyito hasta entonces virgen, ahora es mío, te lo pregunte y tu respondiste que SI, solo mío, y que nadie jamás tocaría esa entrada, solo yo, su único dueño!

Juguetes de Sexo

En mi mente había ideado algunos juegos para realizar contigo en estas noches, para ello había dispuesto de algunos «juguetes» para acrecentar las sensaciones y producir placer más allá del que yo podía darte con mi cuerpo. Para ello tenía dispuestas algunas cosas como: un poco de mermelada de mora, tres zanahorias, una semejante a las proporciones de mi sexo, otra más delgada y otra más grande, unos chocolates, una venda para los ojos, 4 pañuelos de seda.

Lamentablemente las noches anteriores pasaron tan rápido que no hubo la ocasión de usarlos… Solo estuvo dos días y se fue, falto uno más para cumplir más fantasías del sexo mutuo.

Pero no pierdo esperanza de que habrá otra vez noches como estas para el placer.

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